El doctor Javier Anido dijo el otro día en la presentación de este producto algo que se me ha quedado grabado: “Los ojos son la puerta de entrada que hace que tengamos percepción de la belleza. Mirar a los ojos a alguien activa las áreas cerebrales del reconocimiento facial, de las emociones y de las áreas destinadas a percibir beldad”. Interesante, ¿verdad? Según este doctor, la presencia de deformidades lagrimales trasmite aspectos emocionales como la tristeza o el cansancio e influye en una menor percepción del atractivo. Es decir, no podemos trasmitir belleza (del todo) si nuestros ojos expresan fatiga o pena (aunque no nos sintamos así).
De modo que todos nuestros esfuerzos cosméticos, y ahora más que nunca, deben estar enfocados en cuidar nuestra mirada. Según el médico estético José Manuel Fernández Rodríguez, director médico de Centre Mèdic i D’Estètica de Barcelona, “con la obligatoriedad del uso de la mascarilla, el único referente a la vista son los ojos y por eso existe una mayor demanda de rejuvenecimiento del tercio medio y superior facial, ambos en consonancia con el tratamiento de la ojera, que es un signo que delata cara de cansancio, aunque no se tenga”
Pero empecemos por el principio: ¿Qué son las ojeras? Según Wikipedia -y según tenía yo entendido hasta ahora- son una alteración de la coloración de la piel debajo de los ojos por una producción excesiva de melanina y la dilatación de los capilares próximos a la superficie de la piel. Sin embargo, cuando los médicos de los que voy a hablar se refieren al tratamiento estético de las ojeras, no se refieren a esas, sino a una depresión que se forma en la zona medial del párpado inferior, alargada por debajo del borde orbitario, y que llega hasta la altura de la mitad de la pupila (si trazamos una línea desde la mitad de la pupila media, es donde acaba la ojera). Y como esto genera confusión, aclaro antes de que sigáis, que este tratamiento no es para borrar las coloraciones oscuras (aunque puede mejorarlas con un efecto óptico), sino para elevar los surcos debajo de los ojos!
Aclarado esto, ¿qué hace que aparezcan este tipo de ojeras? La pérdida de colágeno y elastina de la piel, el adelgazamiento de las “almohadillas” de grasa o una mala redistribución de la misma, la contracción o atrofia del músculo orbicular (que es lo que hace que aparezcan arrugas) y la pérdida de hueso por la edad (en la menopausia se acentúa) hacen que haya un retroceso de ese borde orbitario inferior. Para colmo de males, como dice el doctor Anido, son muy difíciles de tratar con rellenos porque hay un nervio debajo de la pupila que hace que la zona ojera sea un tratamiento absolutamente delicado, la zona tiene una alta vascularización, y la piel es extremadamente frágil y delgada por lo que es fácil que aparezcan hematomas. Y el doctor Fernández Rodríguez también avisa de que la dificultad en el drenaje linfático del área puede provocar edemas persistentes y poner en entredicho el resultado.
¿El hito por el que escribo este post? Por primera vez un equipo multidisciplinar liderado por el doctor Javier Anido (médico estético) y formado por otros grandes del sector como José Manuel Fernández Rodríguez (médico estético), Ignacio Genol (cirujano oculoplástico), Natalia Ribé (médico estético) y Gema Pérez Sevilla (cirujana maxilofacial), ha creado un consenso sobre cómo abordar la ojera, quién es el candidato ideal, cuál es el mejor producto para hacerlo y la técnica idónea para realizarlo. Y se ha publicado en la prestigiosa revista Journal of Cosmetic Dermatology el 20 de agosto de 2020 bajo el título “Recomendaciones para el tratamiento de la deformidad lagrimal con relleno de ácido hialurónico reticulado”. Y hablo de hito porque, entre otras cosas, ningún medico español hasta ahora había aparecido en esta publicación científica.
¿Para qué sirve un consenso médico? Para trasmitir seguridad a otros profesionales , es una guía de buena praxis para tratar con éxito y seguridad las ojeras. “Porque para tratar con éxito esta zona es imprescindible tener buen conocimiento anatómico de la zona, llevar a cabo una evaluación clínica adecuada, seleccionar el relleno adecuado y saber ubicar el punto de entrada, teniendo en cuenta el tipo de deformidad y la situación previa del paciente”, apunta Javier Anido. “Ha sido muy laborioso pero emocionante, como presentar un hijo que hemos tardado dos años y medio en gestar y parir”, bromea este doctor.
¿Qué tiene de especial Redensity II respecto a otros ácidos hialurónicos? “Es el único aprobado por la Agencia Española del Medicamento específicamente para tratar específicamente el contorno de los ojos, con el tamaño de partícula perfecto, una alta viscoelasticidad para que se adapte al espacio de la ojera y la reticulación idónea”, explica Anido. “También dura más tiempo, con la mitad de agentes reticulantes (químicos) por lo que es más sostenible”. Para que lo entendáis, los ácidos hialurónicos más densos y con un tamaño de molécula grande duran más, pero también aumentan la absorción de agua (por lo que pueden crear bolsas) y pueden comprimir tejidos adyacentes (y producir más edema). “También tiene una baja capacidad higroscópica (de retención de agua) para que cuando se consolide el ácido hialurónico no se produzca un exceso de captación de agua en la zona, y se reduzca la probabilidad de inflamación”, añade el doctor Fernández Rodríguez. Y como cuentan estos doctores, a la FDA (el organismo americano que otorga los permisos de comercialización) le ha debido gustar tanto que le ha hecho un “pase rápido”, es decir, solo ha tardado 2 años en aprobarlo (frente a 8-10 que es lo habitual), y es la primera vez que sucede con un producto de estética.
¿Es adecuado para todo tipo de ojeras? No. El doctor Anido aclara que solo resuelve el problema cuando tienen surco, e incluso puede mejorar la coloración oscura y violácea porque al reducir la concavidad puede ayudar a que la luz se refleje de forma más homogénea. Y advierte de solo queda bien si la piel está firme y tiene un grosor aceptable. Pero advierte que no resuelve las bolsas de grasa importantes o las provocadas por retención de líquidos ya que, si se produce esto último y se le añade un extra de ácido hialurónico, el problema se hará más evidente.
¿Cómo se aplica? Tanto con cánula como con aguja. La diferencia es que con la cánula se aborda la zona desde un único punto de entrada (hay menos riesgo de hematoma) y con la aguja, al ser más corta, se necesitan dos. La clave del éxito está en el punto de entrada (el consenso de este grupo de médicos ha estipulado, a través de unos diagramas perfectos y anatómicos, cuál es para que no haya posibilidad de error) y en la forma de introducir el producto, que tiene que ser a nivel profundo para evitar la compresión de los vasos linfáticos y la aparición del “efecto Tyndall” (cuándo el relleno queda superficial, la luz se refleja, y la ojera se ve todavía más oscura y azulada). También es importante que se haga poco a poco, en forma de abanico, para permitir que éste se adapte adecuadamente a la depresión y evitar una sobrecorrección inyectando demasiado producto, y para que no haya trauma en los vasos linfáticos. Y, por ultimo, la cantidad de relleno utilizada debe ser de un máximo de 0,5 ml por canal lagrimal y sesión. “Es mejor quedarse corto que pasarse, ya que el ácido hialurónico, una vez inyectado, pasa por un proceso de consolidación, secado y posterior rehidratación en cuestión de 30 días”, indica el doctor Fernández Rodríguez.
¿Número se sesiones? Normalmente con una sesión es suficiente, pero si hace falta una segunda, hay que esperar un mes entre una y otra para dar tiempo a que el producto se consolide y rehidrate. Y los resultados permanecen durante 8/10 meses.
¿Precio? Desde 350 €.
¿Qué doctores lo realizan? Además de los que han realizado el estudio, en el tel. 960 47 96 00 os podrán informar de todos los que lo que están incorporando en sus clínicas.
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