Yo en estos momentos, solo quiero ser portadora de buenas noticias. Y hoy tengo una buena: hay un casco casero que no solo no provoca alopecia, si no que puede mejorar la calidad del pelo!! Eso si, éste no sirve para montar en moto o en bici… 😉
El casco “Low level Laser Therapy” podríamos decir que es la versión capilar de las máscaras de luz LED para tratar los problemas de la piel. No es la misma tecnologia porque en este caso es luz láser de baja intensidad -aprobada en el año 2010 por la FDA (Food Drug Administration) para tratar la alopecia-, pero es un poco la misma idea de aparato que nos hace sentirnos un poco “marcianos”, pero nos facilita hacernos en casa tratamientos de centro de estética, que ahora más que nunca, se agradece.
Este dispositivo, creado y desarrollado por científicos de la NASA, se coloca en la cabeza durante 15-30 minutos, que es el tiempo necesario para estimular las células de las unidades foliculares (por si no lo sabéis, nuestro cuero cabelludo se compone de folículos que tienen 1, 2, 3 o 4 pelos), así como la microcirculación sanguínea que las alimenta. Esta activación de la circulación permite una mayor llegada de nutrientes y oxígeno al folículo piloso. Y, en el pelo pasa como con todo, cuando está bien nutrido, esta más joven, fuerte y sano.
¿Evita la caída del cabello? Según dicen en la clínica Insparya (de la que es socio Ronaldo), cada vez tienen más estudios que avalan la eficacia de este tipo de láseres tanto en alopecia androgénica masculina, alopecia androgénica femenina, alopecias cicatriciales, efluvio telógeno (caída brusca de una cantidad mayor de pelo) e incluso en alopecia areata (un subtipo especial de alopecia relacionada con el estrés). Yo, sinceramente, soy de la opinión que las dos primeras son difíciles de remediar sin medicamentos (Minoxidil, Finasterida, Duasterida…) o micro trasplantes, pero si ellos lo dicen…
Lo que sí creo es que, al recibir el cuero cabelludo un mayor aporte sanguíneo, mejora el riesgo vascular, y esto llevará seguro a una mejor calidad del cabello debilitado por la edad, los cambios de estación, la mala alimentación y, en estos tiempos convulsos, por la preocupación de todo lo que conlleva (y se lleva) el covid19.
Según el Dr. Javier Pedraz de Insparya, el estrés psicológico o físico hace que aumente el cortisol y disminuya la absorción de nutrientes y agua por parte del cuero cabelludo y los folículos pilosos. “Esto provocará que el cabello de debilite y como consecuencia todos aquellos cabellos que se encuentren en proceso de crecimiento (fase anágena) pasen repentinamente a caída (fase telógena), lo que se conoce como efluvio telógeno. Esta respuesta se debe a que el cuerpo humano, ante situaciones de amenaza, busca proteger los órganos esenciales para mantener la vida, de ahí que, las células encargadas de ofrecer nutrientes a nuestro cabello migren a otras zonas donde son necesitadas”.
De ahí la utilidad de este casco que aumenta la densidad del pelo al hacer que le lleguen bien los alimentos y como alarga la duración de la fase anágena frente a la fase telógena, hace que se mantengan un mayor número de cabellos en la cabeza, durante más tiempo!!
¿Más? Gracias al efecto antibacteriano del láser mejoran (en algunos casos elimina) las patologías asociadas habitualmente a la caída del cabello como la caspa grasa.
No duele (solo pesa un poco) ni tiene efectos secundarios. Y puede usarse tanto como único tratamiento como para potenciar los resultados de otros tratamientos que os estéis realizando como la mesoterapia capilar o el PRP (plasma rico en plaquetas), e incluso acelerar el proceso de un micro trasplante.
Se recomienda colocarselo 4 veces por semana (podéis aprovechar los ratos frente al televisor, las horas de las comidas…) y lo pueden usar varias personas, limpiándolo después de casa uso.
Aquí va la única mala noticia: cuesta 850€! Pero si tenéis en cuenta su larga vida y que se puede compartir, al final sale barato.
Se vende en Insparya, una clinica especializada en trasplante capilar que ha abierto en la calle Joaquin Costa, que forma parte de un grupo de centros con más de 10 años de experiencia en Portugal.
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