Se acabó la libertad de expresión (capilar). Y de la forma más natural. Porque, después del alisado japonés, la queratina y la taninoplastia, llega la enzimoterapia, un alisado registrado como bio, sin ningún componente químico perjudicial para el pelo, y que se puede repetir tantas veces como se quiera.
La enzimoterapia es capaz de “domar” hasta la melena de Mafalda, gracias a unas enzimas de frutos y árboles, que consiguen un resultado muy superior a cualquier otro tratamiento, y sin usar formol, ácido glicólico (sustituto del formol tras su prohibición en Europa por sus supuestos efectos cancerígenos), formaldehído o derivados.
El “responsable” de que este alisado sea posible es el ácido tánico (un polifenol vegetal que se puede encontrar en las cortezas del roble y el castaño, y en la piel de la uva macerada), que “abre” el pelo y consigue que las enzimas penetren a mayor velocidad, con ayuda del calor de la plancha (técnicamente, los taninos reaccionan con las proteínas de colágeno de la fibra capilar y las unen entre sí, alisando e hidratando el cabello en profundidad).
“Este tratamiento no modifica la estructura interna del cabello como hacían los anteriores, no pica en el cuero cabelludo (ni los ojos!), y es apto para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia”, me asegura Omar El Gharbawy, técnico de Maison Eduardo Sánchez, uno de los salones pioneros en trabajar con este sistema.
¿Queda el pelo tan planchado como con el alisado japonés? “Si, el resultado es liso como una tabla. Pero si se quiere un efecto más suave, puede utilizarse secador en lugar de plancha en el último paso del tratamiento, y modularlo”, explica Omar. Julio Matamoros, del salón en Castellana Sports Club, y otro súper especialista en este sistema, realiza hasta 8 rituales de enzimoterapia, que van desde liso extremo hasta un rizo redefinido, o simplemente un anti-encrespamiento.
¿La diferencia con la queratina? Según el técnico de Maison Eduardo Sánchez, “mientras ésta es un recubrimiento del cabello, la enzimoterapia es un relleno. Permanece en el interior del cabello dándole grosor y rellenándolo, frente a la queratina, que queda más plana”. Además, como cuentan estos especialistas, la queratina es apta solo para cabellos fuertes, e impide que entre cualquier nutriente como mascarillas, suavizantes o aceites, que rebotan en el pelo y nunca llegan a penetrar en el folículo capilar ni a enriquecerlo, mientras que la enzimoterapia abre la cutícula del pelo como si fueran los poros de la piel, y deja penetrar los nutrientes. “Con la repetición de las queratinas, el cabello comienza a debilitarse y a sufrir daños, muchas veces irreparables, y este nuevo sistema se puede repetir tantas veces como se quiera”, advierte el estilista Matamoros.
¿Y con la taninoplastia? Son parecidas (ambas utilizan taninos), pero la enzimoterapia, suma el efecto de la enzimas de extracto de fruta natural, que aceleran el proceso bioquímico de los taninos.
¿Es compatible con los tintes? No solo es compatible: repara y potencia el color aplicado.
¿Y con el pelo estropeado previamente por otras técnicas? Matamoros la aconseja especialmente en cabellos castigados, secos, porosos y difíciles de manejar, e incluso se puede aplicar con extensiones, siempre que éstas sean de pelo 100% natural.
¿Se permite rizar el pelo con tenacilla o moldearlo después del tratamiento? Omar no lo recomienda en los primeros días posteriores al tratamiento, después, sin problema. “El cabello responde a cualquier tipo de peinado, y una vez te lavas el cabello, vuelve a estar liso”.
Y para muestra, os dejo la sesión de mi “conejillo de Indias” (yo no he querido probarlo porque a mi me gusta dejarme mi pelo rizado de vez en cuando) en Maison Eduardo Sánchez:
-El primer paso fue lavarle el cabello con un champú específico que abre la cutícula para facilitar la penetración posterior del tratamiento enzimático.
-A continuación le secaron el pelo y aplicaron, mecha a mecha, el tratamiento enzimático, cubriendo toda la fibra capilar. Y se lo dejaron actuar el producto durante 30 minutos, antes de aclarárselo muy bien.
-Eliminaron toda la humedad del cabello con secador y cepillo.
-Y le plancharon la melena de raíz a puntas, haciendo varias pasadas con la plancha -una media de 8 veces- sobre cada mechón. Este paso de activación mediante calor es el más importante para el resultado, y es el que puede hacerse con más o menos pasadas de plancha, según el resultado que se quiera conseguir, o incluso con secador, si solo se quiere eliminar el encrespado.
Y este fue el resultado al terminar:
El proceso es largo –no menos de 3 horas, y hasta 5 con el pelo muy largo y encrespado- así que os recomiendo que os llevéis un buen libro para que no se haga tan pesado.
El efecto dura entre 4 y 6 meses, dependiendo del cuidado en casa (se debe lavar el pelo con un champú y una mascarilla específicas).
¿La opinión de mi “victima” después de lavárselo ya en casa?
“Me ha quedado el pelo liso, pero no tieso como con el alisado japonés. Tengo algo de onda, como yo había pedido, y estoy feliz. Lo noto MUY hidratado y nada encrespado. Además se me seca más rápido. He pasado de no querer lavármelo si no tenía una plancha a mano, a lavármelo en cualquier momento, incluso en sitios de playa donde me aterrorizaba el efecto de la humedad!”.
Y os dejo también la de Susana, otra clienta de este salón, pero con un pelo completamente diferente:
“Tenía el pelo tan fino que no me ponía ni gomas para recogérmelo porque se me quedaban completamente marcadas. Y se me enredaba tanto, que no usaba bufandas ni cuellos altos de la maraña que se me creaba. Ahora tengo el pelo más “gordo”, más sano, con más cuerpo, y me hago coletas y pongo cuellos cisne!! He ganado muchísimo en la calidad del pelo. ¿Otra cosa que he notado? Que las mechas tienen mucho más brillo, y me dura más el color. También me lo lavo cada dos días en lugar de a diario, y creo que hasta me ha crecido más rápido, y solo llevo un mes y medio con el tratamiento”.
Precio: a partir de 200 €, según longitud y cantidad de cabello.
Pues eso.
Pelo