Leo en prensa que la ampliación del permiso de paternidad a cinco semanas que habÃan pactado Gobierno y Ciudadanos no entrará en vigor en enero por falta de asignación presupuestaria, mientras no se aprueben los presupuestos generales del estado para 2018.
No sé si, como dice mi amiga Asun, la extensión del permiso de paternidad es fruto del trabajo del lobby gay (por las adopciones en parejas de hombres) pero en cualquier caso la noticia me deja frÃa ¿para qué diablos sirve una semana adicional de permiso de paternidad cuando nuestros hijos van a requerir nuestra atención y cariño durante años?
Lo que nuestro paÃs necesita es una polÃtica global de conciliación familiar en igualdad, que incluya el acuerdo de los empresarios y los centros educativos, que deberÃa contemplar:
1. Cumplimiento del horario laboral con medidas para que las empresas favorezcan una mayor eficiencia y productividad de los trabajadores, evitando la costumbre de que el personal prolongue habitualmente su jornada laboral.
2. Aproximación de los horarios de colegios y empresas. En varios paÃses europeos todos los niños almuerzan en el colegio; a las cinco y media padres e hijos han salido para hacer juntos la comida principal a las seis y aun disponer de algún tiempo para pasar en familia. La merienda, antes de acostarse.
3. Erradicación de los deberes. De acuerdo con mi postulado anterior, si los niños pasan ocho horas en el centro escolar es tiempo suficiente para hacer trabajos prácticos, estudio supervisado, deporte o actividades cÃvicas o culturales. En casa toca juego, descanso y convivencia familiar.
4. Reducción radical de los tres meses de vacaciones estivales en los colegios. Las familias con posibles pueden pagar campamentos o cursos de verano en el extranjero para aprovechar este larguÃsimo periodo de inactividad, mientras que los hijos de las clases menos favorecidas haraganean en casa con la única compañÃa de la tele, las redes sociales o los videojuegos. O peor aún, pasan las horas muertas en la calle con cerveza barata y porretes.
5. Facilidad para que uno u otro cónyuge puedan acogerse a reducción de jornada (sin que ocasione una marca negativa del empleado en la empresa) para poder atender los compromisos familiares, lo que incluye el cuidado de hijos y de mayores, cada vez más necesitados de nuestra atención.
Son necesarios cambios legislativos y sociales relevantes y urgentes, porque nuestro modo de vida se ha transformado vertiginosamente en los últimos años, con la incorporación masiva de las mujeres al mundo laboral y el desarrollo tecnológico, mientras que las reformas polÃticas van a paso de tortuga.
Mi hija pequeña ha cumplido diecisiete, por lo que si estas medidas se aplicaran ya no me afectarÃan. Tampoco podrÃan borrar las dos huellas que los años de jornadas laborales de doce horas me han dejado: la primera en el alma, de culpabilidad como madre y como profesional; la segunda en el bolsillo, ya que en pro de nuestras carreras profesionales, mi marido y yo hemos gastado una considerable porción del salario para pagar cuidadoras que han criado a nuestras hijas durante años.
Señores polÃticos, tengan cabeza y valentÃa: muevan ficha ya para permitir a los profesionales del futuro una verdadera conciliación en igualdad.
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