Desde que el Ayuntamiento de Madrid aprobase la nueva ordenanza de terrazas, en la capital no se habla de otra cosa. Aún falta que el pleno municipal de el último visto bueno, pero todo apunta a que este nuevo plan ya es una realidad y lo cierto es que las terrazas son parte de la identidad y la cultura de Madrid.
Ponzano, Ibiza o Argumosa son algunas de las calles con un mayor número de terrazas en la capital. Estos lugares se convierten en un punto de encuentro para miles de personas que aprovechan para disfrutar de su vida social. En ocasiones, también pueden ser un calvario para los vecinos. Pero lo que está claro es que, en esta ciudad, el “terrazing” es inamovible. Haga frío o calor, sol o sombra, las terrazas siempre están llenas.
Aunque hoy en día nadie discute que lo de tomarse algo al aire libre es algo muy nuestro, la realidad es que lo inventaron nuestros vecinos franceses y no sería hasta bien entrado el siglo XIX cuando, los hosteleros más atrevidos, decidieron sacar sillas y mesas a la calle en Madrid inspirados por el país vecino.
La que está considerada la primera gran terraza de la capital es la que se instaló, en 1870, en el pasaje de Matheu, muy cerca de la Puerta del Sol. Sin duda, esta pequeña callejuela era una de las más marchosas del romanticismo español. Sus alrededores también estaban repletos de tabernas y locales para el disfrute de los chulapos que, en aquellos años, solían beber agüita de cebada.
Pasaje de Matheu
El pasaje de Matheu, que no es demasiado espacioso, se llenó de las sillas y mesas del Café de París y el Café de Francia. Ambos eran locales muy similares, sus nombres lo indican, pero estaban regentados por familias de origen francés entre las que había una gran rivalidad. En aquellos años, una postal de este rincón tan castizo podría pasar perfectamente por una imagen de cualquier callejón parisino.
No se sabe cuál de las dos familias de hosteleros franceses decidió traer antes al pasaje de Matheu esta idea que tan extendida estaba al otro lado de los Pirineos. Pero lo que está claro es que, sea quien sea el que apostó por importar esta moda, hoy todos le estamos agradecidos.
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