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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Sigue el show del Vicepresidente Segundo

José Manuel Otero Lastres el

Seguramente muchos de ustedes habrán escuchado la frase “tirar la primera piedra” para referirse a que solo puede reprochar algo a otro quien ha acreditado que él no incurre en el defecto denunciado. Es lo mismo que decir que Judas Iscariote no era el más indicado para acusar a alguien de ser un traicionero. De acuerdo, pues, con lo que se acaba de decir, cabe afirmar que hay que ser muy leal (cumplir con lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien) a España para poder acusar otro de traicionarla.

Pues bien, en la sesión de ayer en el Congreso, Pablo Iglesias, probablemente atacado en su orgullos porque Garcia Egea lo llamó “monaguillo del presidente del Gobierno” sacó su lengua viperina a pasear y lo acusó de “negociar en Europa con la extrema derecha holandesa y húngara para imponer políticas de recortes en España. «¿Sabe cómo se llama eso? –concluyó el vicepresidente- Traición»”.

Este nuevo rifirrafe parlamentario suscita las siguientes consideraciones. Ante todo, coincido con Alberto Núñez Feijóo en que, como el Gobierno de la Nación gestiona mal, utiliza la táctica de la crispación para desviar la atención y mantenerse en el poder, razón por la cual políticamente no debería entrarse en ese juego. Pero si esto es cierto también lo es que el que calla otorga, y guardar silencio, nada más y nada menos, que ante una acusación de traición no me parece admisible por parte de un partido, como el PP, que ha hecho bandera de su inquebrantable lealtad a la Constitución y a los símbolos de España.

Por eso, yo que no soy político y, que, por tanto, diga lo que diga, no le hago juego de poder alguno a la coalición de gobierno, pienso, en primer lugar, que esas acusaciones hay que probarlas. El vicepresidente debería aportar pruebas, aunque solo fuera en sede parlamentaria, de que el PP está en connivencia con la extrema derecha holandesa y húngara para imponer políticas de recortes a España. Prueba que se me antoja muy difícil por no decir imposible, salvo que se parta de la tesis de Iglesias de que todo lo que no sea izquierda radical o comunismo es extrema derecha. En segundo lugar, considero que Iglesias no es el más indicado para acusar a alguien de traicionar a España, al menos a la España constitucional y democrática en la que vivimos actualmente, que, por cierto, él prometió defender al tomar posesión de su cargo. En tercer lugar, que es un acto de increíble cara dura que acuse de traición al PP alguien que se ha financiado con fondos de Estados extranjeros (Venezuela, Bolivia e Irán) para implantar en España un régimen dictatorial y hacer saltar por los aires nuestro Estado de Derecho constitucional. Y, finalmente, que  no parece profesar demasiado amor a España el que revuelve en nuestro pasado como táctica política para alcanzar sus objetivos políticos de implantar en nuestro país un Estado totalitario.

Me refiero con lo que antecede a los ataque de Iglesias a dos figuras históricas determinantes en la configuración actual de la España como impecable democracia parlamentaria, como son el Rey Juan Carlos I y el ex presidente del Gobierno Felipe González. Por cierto, ¿habrá alguna relación entre la entrada del vicepresidente segundo en el CNI y la difusión de información contra ambas figuras democráticas?

Política
José Manuel Otero Lastres el

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