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Otra palabra desgastada: progresista

José Manuel Otero Lastres el

En el cuento de “Alí Babá y los 40 ladrones” la roca que taponaba la cueva en la que éstos guardaban los objetos robados se abría gritando las palabras mágicas “¡Sésamo ábrete!”

Hoy desde la izquierda se cree que uno de los caminos para ganar las elecciones consiste también en decir una y otra vez las palabras mágicas, como por ejemplo la palabra “progresista”.

En el ABC de hoy hay una viñeta de Puebla en la que se ven en el infierno unas grandes calderas rodeadas de fuego en cuyo interior están riéndose líderes mundiales del comunismo, ya fallecidos como por ejemplo Lenin, Stalin, Fidel Castro, Chávez y Pol Pot, y dicen “Pero cómo pueden repetir tanto que son progresistas sin partirse de risa?”.

Mi respuesta es que lo dicen sin partirse de risa porque el pueblo sigue tragándose el cuento. Y es que no acabo de comprender cómo la ciudadanía no se da cuenta de una vez de que se trata de un anuncio comercial tan engañoso como el que pregona de un jabón normal que es “el jabón que lava más blanco del mundo”.

Parece mentira que después de repetir tanto el mismo engaño la ciudadanía no haya caído en la cuenta de que auto titularse “progresista” es un instrumento del político anunciante para alcanzar el poder y mantenerse para siempre en él.

Basta reflexionar mínimamente sobre los personajes de la viñeta del ABC para ver que los que progresaron fueron ellos y no sus pueblos a los que empobrecieron, y que el primer paso del “progreso” (el suyo propio) fue quitarle para siempre a sus ciudadanos las libertades y sobre todo el derecho a votar. Los “dictadores”, enmudeciendo al pueblo, se convirtieron en los “sumos sacerdotes” o intérpretes máximos de lo que era bueno para los ciudadanos, y no les volvieron a preguntar jamás qué querían, porque ellos, los dictadores, eran los que pensaban en nombre del pueblo.
Su progresismo, sus ideas avanzadas, consistieron, por tanto, en sustituir, en reemplazar la voz plural de la ciudadanía por la suya propia y única.

Y avanzaron tanto, progresaron hasta tal punto, que, dejando al pueblo detrás, se pusieron al frente y ya no volvieron a dejar el poder mientras pudieron conservarlo aunque fuera por la fuerza contra el pueblo.

Política
José Manuel Otero Lastres el

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