José Manuel Otero Lastres el 16 mar, 2020 Que los totalitarios son insaciables lo dijo Stefan Zweig en su obra magistral “Castelio contra Calvino. Conciencia contra violencia”, cuando escribió “… todos estos conquistadores caen en la tentación de transformar la mayoría en totalidad y de querer obligar incluso a aquellos que no forman parte de ningún partido a compartir su dogma. No tienen suficiente con sus adeptos, con sus secuaces, con sus esclavos del alma, con los eternos colaboradores de cualquier movimiento. No. También quieren que los que son libres, los pocos independientes, les glorifiquen y sean sus vasallos, y, para imponer el suyo como dogma único…” Y lo recordaba también Juan Pablo Colmenarejo “En su Enfoque” de ayer al rememorar la opinión de los politólogos norteamericanos Levitsky y Ziblatt de que los autócratas suelen aprovechar las crisis “para justificar la adopción de medidas antidemocráticas”. Por eso, los dos párrafos que anteceden explican perfectamente la poco ejemplar conducta de Pablo Iglesias de saltarse la cuarentena para poder asistir al Consejo de Ministros en el que se iba a aprobar el Estado de Alarma. En efecto, el tiburón totalitario Iglesias “olía” la sangre de posibles recortes de derechos y libertades en ciertos sectores de la economía, como la energía y la sanidad privada. Y no se quiso perder la ocasión de ir saciando sus apetitos totalitarios mediante el consabida sustracción de ámbitos de libertad para alojarlos en los de las prohibiciones. Al mismo tiempo, y para someter a Pedro Sánchez a una tensión negociadora que facilitara las consecución de sus objetivos totalizadores, hizo de paladín de los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes para romper la unidad de España ante un mismo Estado de Alarma. Afortunadamente, Sánchez y sus ministros socialistas aguantaron el tirón y, al menos, hoy se puede afirmar, como dijo el Presidente, que frente a la pandemia “no hay ideologías, ni territorios, los ciudadanos son lo primero”. Y todos ellos en pie de igualdad, añado yo. Pero la lucha continúa. Al parecer en el Consejo de Ministros del martes, se van a decidir las líneas esenciales de la respuesta económica frente a la crisis que se avecina. Y nuevamente pugnarán dos tesis: la maximalistas de aumentar los gastos más allá de lo soportable, aunque se deteriore la economía y la solución equilibrada que propugna compatibilizar todos los intereses en conflicto. No es difícil imaginar cuál defenderá Iglesias y los totalitarios. Ojalá que triunfe la moderada. Política Comentarios José Manuel Otero Lastres el 16 mar, 2020