En el acto de su proclamación como candidato del PSOE para las próximas elecciones generales, Pedro Sánchez su actual Secretario General sorprendió a muchos con la colocación en el escenario de una gran bandera de España. Esta decisión, que tomó libremente y sin que nada lo obligara, tiene, en mi opinión, una gran significación política y, lejos de ser una mera declaración programática, supone haber adquirido un importante compromiso.
El gran significado del uso de la Bandera de España lo puso él mismo de relieve al declarar hoy en la cadena SER que el PSOE siente esa bandera como propia, sin exclusiones”. Y añadió “no decimos que esa bandera pueda pertenecer y sentirse por parte de otras opciones ideológicas, pero es tan nuestra como del resto”.
Me alegra sobremanera que el PSOE a través de su Secretario General y próximo candidato a la Presidencia del Gobierno declare públicamente que su partido siente la bandera de España como propia. Esta declaración es más importante de lo que parece porque supone que el PSOE abandona uno de los símbolos de la Segunda República española, la bandera tricolor, por la que dieron su vida muchos socialistas españoles.
Recuérdese, en efecto, que la República supuso un cambio de régimen y una ruptura con los símbolos del pasado al adoptar una nueva bandera y un nuevo himno. En la Guerra Civil, cada bando, el republicano y el nacional, luchó con sus propios símbolos y ambos tuvieron numerosas bajas. La Constitución de 1978 mantuvo como bandera de España la tradicional que había defendido el bando nacional.
Es verdad que el PSOE ya había aprobado en su día la Constitución española, pero no fueron pocos los socialistas que hicieron ondear la bandera tricolor en numerosas manifestaciones. Y aunque no hay que descartar que algunos socialistas lo sigan haciendo, el hecho de que su actual Secretario General, que representa al partido, diga que éste la siente como propia me parece una extraordinario acierto, sobre todo en los convulsos tiempos actuales.
En cuanto al compromiso adquirido por ese acto, personalmente lo sitúo no tanto en el tema de los pactos con partidos secesionistas cuanto en la obligación de ponerse al lado del Gobierno cada vez que haya ayuntamientos, Comunidades y otras instituciones que no den a la bandera de España el trato que establece la Constitución.
Confío en que a partir de ahora el PP no actúe en solitario cuando tenga que hacer cumplir el precepto constitucional de que la bandera de España ondee en todos los edificios públicos y en los actos oficiales. Cada vez que el PSOE respalde al PP en esto, demostrará que es cierto, y no una mera declaración para la galería, que siente la bandera como propia.
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