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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Los suspensos que ponemos a nuestros políticos

José Manuel Otero Lastres el

En la edición digital de hoy del ABC.es se publican las “notas” que ha dado el pueblo español, según el CIS, a los líderes de los cuatro partidos políticos mayoritarios por su actuación en el período comprendido entre el 7 de enero y el 19 de marzo. Y si he de ser sincero las considero muy severas, aunque están en consonancia con otras anteriores.

Los cuatro, según la jerga escolar, “suspenden”, ya que ninguno llega al 5. Mariano Rajoy es el de más baja valoración, con un 3,43, le sigue Pablo Iglesias con un 4,06, algo mejor es la nota de Pedro Sánchez, un 4,19 y el más valorado es Albert Rivera con un 4,55.

Es evidente que en nuestras opiniones políticas hay más sentimiento que razón y que nuestra ideología es en parte el resultado de nuestra formación intelectual y en otra, no menor, de nuestras circunstancias vitales.

Pero si el pueblo español tuviera que calificarse  a sí mismo con la misma libertad que lo hace con sus líderes políticos no sé qué nota se daría, aunque estoy convencido de que sería mucho más auto indulgente.

Porque, aunque es cierto que las innumerables incompatibilidades que se ciernen sobre la clase política va desanimando a muchos de nuestros mejores ciudadanos a dedicarse a tan noble actividad, no lo es menos que la enorme distancia que representan esas calificaciones entre los calificados (líderes políticos) y el tribunal examinador (el pueblo español) no representa la realidad. Con esto quiero decir que hay mucha más homogeneidad de lo que pueda parecer entre los dirigentes y los dirigidos. No es posible un pueblo de gente muy valiosa y que tenga una clase política de “suspenso”.

Por lo que acabo de escribir es por lo que pienso que cuando tenemos que calificar a nuestros políticos eliminamos del baremo de las posibles notas del 7 hasta el 10. Dicho con más claridad, no estamos dispuestos a darle a nadie de la clase política ni tan siquiera un notable. Y claro poniendo tan baja la escala es difícil que alguien supere el 5.

Por eso, siempre que veo en los medios este tipo de calificaciones no dejo de pensar en lo de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. ¿Les gustaría a esos ciudadanos, que con tanta severidad y tan supuestamente llenos de razón valoran a los líderes políticos, que se emplearan los mismos baremos para calificar el rendimiento escolar de sus hijos? No sé por qué, pero me parece que no.   

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