El Día de la Tierra tiene su origen en 1962 cuando el senador de EE.UU. Gaylord Nelson convenció al entonces presidente John F. Kennedy para que se embarcara en un recorrido por varios parques nacionales del país con el fin de animar a la conservación del medio ambiente. La primera celebración oficial fue el 22 de abril de 1970, hace exactamente 45 años. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, seguirá hoy los pasos de Kennedy con una visita al Parque Natural de los Everglades, en Florida. Aprovechando el día, el portal meteorológico Eltiempo.es nos recuerda cuáles son los climas más extremos, un repaso curioso a las esquinas de nuestro planeta.
El lugar con más niebla
El Monte Washington (New Hampshire, EEUU) ostenta el título de la zona con más niebla del mundo, unos 300 días al año, seguido del acantilado de Point Reyes (California, EEUU) y la isla de Terranova (Canadá), donde hay más de 200 días de niebla al año.
El pueblo más frío
Oymyakon, situado en el corazón de Siberia, es el lugar en el que se ha registrado la temperatura más baja hasta la fecha: -71.2ºC en 1926. Es la temperatura más baja jamás registrada en una zona habitada, así como la menor del hemisferio Norte. Allí estuvo Mario Picazo, autor de esta foto, para grabar un programa de televisión sobre climas extremos.
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El lugar más seco
El desierto de Atacama, en Chile. Es el más antiguo y seco del mundo. Las personas que habitan la zona nunca han visto llover y es que hay lugares en los que no cae una gota de agua desde hace 400 años.
El lugar más ventoso
Es el Golfo Federal en la Antártida, con velocidades que pueden llegar a los 240 km/h.
El lugar más lluvioso
El municipio de Lloró, ubicado en el departamento de Chocó, Colombia, cerca de la frontera con Panamá. Su precipitación media anual es de 13.300 mm; su nombre, Lloró, es sin duda la representación del llanto del cielo, por sus extensas lluvias, aunque gracias a ello alberga una impresionante biodiversidad. Según El Espectador, se registran precipitaciones entre 20 y 25 días al mes. Por este municipio, situado a 45 km de Quibdó (capital del departamento), cruza el río Atrato, el más caudaloso de Colombia. En cuanto al origen del nombre del municipio, que parece aludir a las “lágrimas del cielo”, en realidad se remonta a 1740, elegido en memoria de sus primitivos pobladores, los indios Lloroes: Foto de la zona: Martin Sharman