ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Protocolo y etiqueta por Maira Álvarez

La moda en el Romanticismo español

Maira Álvarez el

La revolución francesa de 1789, la aparición de los grandes almacenes en 1850 y el desarrollo de ciertos medios de transporte como el ferrocarril y el barco de vapor cambiaron la moda y la etiqueta de la sociedad del romanticismo español.

En el siglo XIX se desarrolla la burguesía, triunfan las primeras firmas de sastres, aparecen las revistas de moda y tanto las damas como los caballeros sucumben a las modas y a las tendencias.

La evolución de la etiqueta en la sociedad española es uno de los fenómenos sociales más interesantes del siglo XIX. Actualmente, se puede ver una exposición sobre “La Moda Romántica” en el Museo del Romanticismo de Madrid que os recomiendo encarecidamente.  Esta exposición destaca los usos sociales del traje a lo largo del período romántico, en el que el vivir cotidiano era indisoluble con el seguimiento de las rígidas normas establecidas.

Había una etiqueta muy estricta que establecía la indumentaria adecuada al decoro propio de cada actividad, ya fuese estar en casa, el paseo, recibir visitas o acudir a los bailes. Con la moda romántica, el traje alcanza un apogeo sin precedentes; se asiste a la apoteosis de la apariencia, a una revolución de este fenómeno llamado moda, y al paso definitivo hacia el vestir contemporáneo. Un ejemplo de ello es la debilidad que empezaron a sentir las mujeres por los cuadros escoceses, estampando con ellos sus vestidos más refinados.

Esta semana he tenido la suerte de que mi pareja de baile en esta visita fuese Miguel del Amo, asesor de imagen y profesor de protocolo social y etiqueta en el Instituto Superior de Investigación Empresarial e IDACEM. Del Amo destaca la impresión de que el siglo XIX fue una época en que la apariencia (por mucho que vivamos en la época de Instagram) lo era todo: “Se ha perdido ese romanticismo del siglo XIX, es un mero recuerdo esa elegancia que había en las casas, esa sensación de apariencia perfecta. Miriñaques, crinolinas, armazones, las telas… la riqueza de los tejidos hacían de hombres y mujeres seres especiales, siempre en perfecto estado de revista. Hasta los niños vestían como adultos” 

Mientras el traje masculino permanece casi inmutable, la silueta femenina sufre espectaculares cambios, desde el traje imperio, fruto del furor neoclásico con el que se inicia el siglo, hasta las impresionantes y voluminosas faldas de los años 60, ahuecadas por crinolinas (hay una evolución de las rígidas varillas metálicas a las flexibles crinolinas, llamadas así por estar hechas con crines de caballo). Se desarrolla el busto y las mangas de los vestidos toman gran importancia.

Miguel del Amo resalta la conexión entre la opulencia de los vestidos y la clase a la que se pertenecía “Los vestidos de la época también marcaban la posición social. La riqueza de los tejidos, el volumen, esos escotes tan pronunciados, hasta el peinado de moda que era en bandeaux con la raya en medio con mechones sueltos que cubrían las orejas.” 

“De los vestidos destacaría el trabajo, esas costuras, esas cinturas casi imposibles. Hay que destacar las mangas en forma de pernil o de pagoda con abertura doble, todos los aderezos, la afición por las joyas. La posición se marcaba sobre todo en los vestidos de baile; que te invitasen a un baile era el evento social por excelencia”. 

En los hombres, el traje se convierte en una manifestación de opiniones políticas y literarias. Aparece el dandismo, fenómeno que revindica la individualidad a través del vestido. El pantalón y el frac se convierten en las prendas de todos los hombres del Romanticismo. Mientras que chaqueta y pantalón son de color sobrio, oscuro y apagado, los chalecos cobran gran importancia en la indumentaria masculina pues son la única prenda que concentra el color y la fantasía, por lo que la chaqueta siempre se lucía abierta.

Como comentaba Miguel del Amo, las joyas tienen en este siglo una especial importancia. Si acuden a visitar esta exposición, no pueden dejar de fijarse en unos adornos realmente especiales, macabros desde los ojos del siglo XXI: las joyas hechas con pelo de muertos.

No pierdan la ocasión de disfrutar de una muestra de la moda de nuestra historia. Gracias Miguel, por tu compañía, sabiduría y estas magníficas fotos.

Etiqueta

Tags

Maira Álvarez el

Entradas más recientes