Maira Álvarez el 19 jun, 2015 Durante este primer año de reinado, don Felipe ha dado importantes pasos que marcan diferencias con respecto al ceremonial que acostumbraba su padre don Juan Carlos. Los cambios en el protocolo de Felipe VI tienen un objetivo claro: modernizar la institución y romper distancias con los ciudadanos españoles Felipe VI ha cambiado el protocolo en los actos de jura de cargos y deja a elección propia la presencia del crucifijo y la Biblia. María de la Serna, profesora en la Escuela Internacional de Protocolo recalca que “don Felipe es Jefe de un estado aconfesional, su única obligación es civil”. Al contrario de su padre, el actual monarca juró su cargo sobre un ejemplar de la Constitución española. Igualmente, Casa Real negocia y no impone el protocolo en los actos a los que asiste el Rey. Los actuales monarcas han eliminado de su escudo el yugo y las flechas, aún no tienen vajilla propia para las cenas de palacio y en el salón de trono se han cambiado las efigies de Juan Carlos y Sofía por la corona real. Su Majestad ha recuperado la brillantez y solemnidad de ciertos actos, como la entrega de las Cartas Credenciales. (en los últimos años, este evento se había simplificado mucho dado el estado de salud de Juan Carlos I). Otro cambio, relacionado con la actitud del monarca, es ver como don Felipe cede el paso a las mujeres. Y también a algunos invitados ilustres, como se ve en la siguiente fotografía con el papa Francisco. Los reyes han demostrado saber vivir al compás de la sociedad actual como demostraron al recibir a colectivos homosexuales. En la imagen siguiente vemos a Sus Majestades saludando a la presidenta de FELGTB, Boti García Rodrigo, en su visita al Pardo. Desde el día de la proclamación- dice Miguel del Amo, profesor de la IDACEM Escuela Superior en Marketing y Moda– hemos visto cambios en la forma de saludar, recibir e incluso en el perfil de sus invitados; ahora es don Felipe quien recibe a sus invitados. En la misma línea de austeridad, las cenas han dado paso a los almuerzos de gala y la etiqueta se ha rebajado. La princesa Leonor recibió la comunión con sus compañeros de clase y no en la capilla de la Zarzuela como hizo su padre. A diferencia de doña Sofía, la reina Letizia tiene una participación más activa en los actos oficiales a los que asiste. Doña Letizia marca el punto de desacralización monárquica. La reina no tiene miedo a repetir vestido, como hacen todas las mujeres, y sabe imponer su criterio, como cuando decidió no seguir la costumbre de su suegra y no vistió mantilla y traje negro en la entrega de bandera de la Guardia Civil en el País Vasco. Este ha sido su mensaje más claro hasta la fecha de modernidad y cambio. Sin categoría Comentarios Maira Álvarez el 19 jun, 2015