ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Pienso de que por Rafael Cerro Merinero

Un juicio político

Un juicio político
Rafael Cerro Merinero el

La exlideresa de Izquierda Unida Tania Sánchez dice que debemos pensar si asumimos que la cuarta parte de la población puede morir de hambre, pero no ha especificado si en el grupo de riesgo se encontraría su hermano Héctor, al que junto con el padre de ambos adjudicaba contratos y condenaba a la prosperidad. Le asignaban el dinero, aunque no lo sabían. El ADN de los Sánchez, junto con el de los Pujol y el de los Ruiz Mateos, permitirá identificar un día el gen de la golfería y España será pionera en el estudio de una materia tan nuestra. Si luego le aplicamos el test al exdirigente popular valenciano Alfonso Rus, podremos confirmar si de verdad contaba euros o solamente corticoles.

Debemos abominar de todas las corrupciones y olvidar la frase nefasta que las permite: “anda, que vosotros…”. Por salud mental, no más “y tú más”. Los psicólogos podrían diseñar terapias contra el que vota a los corruptos. La gente, sentada en sillas de plástico puestas en círculo, diría:

–         Me llamo Rotten y siempre voto a los que roban.

–         ¡Hola, Rotten! ¡Bienvenido! ¡Hola, Rotten! ¡Hola!

Tania ha sido poco original al explicar por qué la han imputado acusada de enriquecer al hermanísimo: ha dicho que el origen de su imputación es “político”. Pedro del Cura (IU) cree que debe seguir siendo alcalde de Rivas porque no le han incoado una “investigación judicial”, sino que le han presentado una “querella política”. Tácitamente, Pedro y Tania están presionando poderosamente a los jueces con frases a las que les falta el sujeto. Si añadimos a las oraciones los nombres de quienes investigan a estos jetas, aquéllas pasan a significar “Su Señoría X está realizando una instrucción injusta”. Si yo fuera juez y leyera el argumento de extorsión “juicio político” en forma de avalancha en la prensa, sentiría presión.

La gracia amarga de todos estos episodios está en que la palabra más peyorativa que los políticos esgrimen es precisamente la que los define: político. La palabra política debería ser neutra, pues simplemente significa “referente al gobierno de los Estados”, pero en España es abiertamente peyorativa. Es una especie de atenuante semántico en la construcción preso político, que entendemos que es alguien enviado a prisión, pero por un sistema autoritario que quitándolo de en medio asegura su propia supervivencia. El preso es héroe y no villano a veces, eso seguro. Animal político se dice de un gestor eficaz con dotes innatas para el mando. El aderezo político es una agravante en una imputación política o en un juicio político, donde pretende significar que se han incoado acciones contra alguien, pero por motivos ideológicos y espurios. Para desacreditar una protesta de trabajadores también decimos que es una huelga política.

La independencia judicial que está agonizando muere después de que en su día murió la de los periodistas. Tenemos jueces pidiendo cambios de destino para no aplicar una norma que sí es política y monstruosamente injusta como la Ley Integral de Violencia de Género. Para poder aplicar la ley sin seguir condenando inocentes, para no pelear cada mañana contra sus conciencias, los jueces se marchan.

La gente, en caliente y ante sucesos escalofriantes, suele exigir que las leyes se cambien a su antojo y al instante. O incluso que los jueces interpreten las que hay a la manera que el público desearía, pero impartir justicia en lugar de aplicar la ley no es trabajo de jueces, sino de chamanes. No sé si soy el único que tiembla al escuchar el titular “Siete jueces progresistas y cinco conservadores sentenciarán mañana”. En los países con separación de poderes efectiva, los jueces no son progresistas ni conservadores. Porque no son chamanes, ni tampoco políticos.

Son jueces.

Más vida en @rafaelcerro

Otros Temas

Tags

Rafael Cerro Merinero el

Entradas más recientes