Paloma Cervilla el 20 mar, 2011 En política, como en la vida, muchas veces no conviene ser tan tajante en los planteamientos, porque el tiempo nos hace rectificar y en algunas ocasiones podemos llegar a darnos un gran batacazo que nos deja en el más absoluto de los ridículos. Esto es lo que le ha pasado a Zapatero por jugar a hacer política con algo tan serio como es la guerra. Pero no solo al presidente del Gobierno, sino a todos aquellos del “No a la guerra”, que hoy están escondidos en sus madrigueras y no se atreven a salir a la calle porque pueden perjudicar la imagen de su líder. La decisión de Zapatero de entrar en guerra con Libia ha dejado claro que la utilización que hizo de la presencia de España en la guerra de Irak no obedecía a una convicción personal de que no hay que participar en este tipo de acciones bélicas, sino que era una maniobra política para desgastar al PP, con la excusa de que la ONU no respaldaba esta intervención militar. Y que decir de los del “¡No a la guerra!”, que si realmente hubieran tenido ese deseo infinito de paz, ya llevarían un mes en la calle protestando por la masacre de Gadafi contra su pueblo y ayer deberían haberse revelado contra el anuncio de ZP de enviar un importante contingente militar a esta operación aliada. No, no era el rechazo a la guerra, era el ataque al PP. ZP y los del “¡No a la guerra!” habrán comprendido que una cosa es estar en la oposición y otra en el poder, y que hay que mirar más allá de los límites que marcan nuestro propio país y saber que los compromisos internacionales de España le exigen a veces tomar decisiones que chocan con lo que se ha defendido durante tantos años. Supongo que Zapatero habrá aprendido la lección de ese comportamiento ingenuo, propio de un político sin experiencia que cree estar llamado a conseguir un mundo feliz, pero y los del “¡No a la guerra!” ¿qué estarán pensando cuando ven las bombas sobre el cielo libio, los fallecidos y los ataques de una coalición internacional en la que participa España? España Comentarios Paloma Cervilla el 20 mar, 2011