Todavía no me puedo creer que todo un portavoz adjunto del PP en la Asamblea de Madrid, como es Juan Soler, (a la derecha de la imagen) haya caído en la paletada de mofarse del acento andaluz de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Parece mentira que alguien de una ciudad como Madrid, abierta donde las haya y que acoge a todo el que llega (y somos muchos) con una calidez tan excepcional, tenga un representante político de una categoría intelectual y personal tan baja.
Se pueden encontrar muchas razones para criticar a Trinidad Jiménez, pero elegir, entre ellas, el acento, es, sencillamente, ridículo. Pero lo peor de este desprecio no es solo eso, sino que incluso, en este disloque mental, se permite el lujo de menospreciar también a una localidad sevillana como es Dos Hermanas, insinuando que la ministra que optará dentro del PSOE a enfrentarse a Esperanza Aguirre para conseguir la presidencia de la Comunidad de Madrid, solo tiene categoría para representar a este municipio, que para Juan Soler debe de ser, como se dice vulgarmente, "el c… del mundo ".
Pues yo, que lo sepa Juan, soy andaluza, hablo andaluz, y considero mi acento tan respetable como cualquier otro de este país. Que sepa Juan que los andaluces hemos salido más allá de Dos Hermanas, que están repartidos por el mundo, muchos de ellos ocupando puestos de responsabilidad a los que nunca llegarán los de tan refinada pronunciación.
Supongo que con el calor del verano, estas declaraciones habrán sido un calentón. Quizás este post también sea un calentón ambiental, influenciada por mi descanso veraniego en la costa andaluza. Pero Juan, si me permites, un consejo, algunas veces, es mejor tener la boca cerrada antes que decir semejantes tonterías.
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