Londres se siente amenazada. La capital británica, en la que ahora vivo temporalmente, tiene miedo. Lo dice la gente, mucha gente, y sobre todo las mujeres árabes que se sienten en el punto de mira de la ira del mundo. Esta mañana hablaba con una de esas mujeres que semi tapan su rostro con el velo, y con una mirada de terror, me decÃa que ella condena estos atentados, que todos los musulmanes no son asÃ, y que está asustada, que tiene pánico a salir. Ya lo tenÃa antes, por eso dejó de utilizar el niqab, porque la empujaban en los autobuses, la miraban mal.
La capital británica es una ciudad que ha multiplicado su población árabe. En el colegio donde estudio inglés hay un porcentaje altÃsimo de este colectivo, muy por encima de los europeos. Esta circunstancia merece el rechazo de muchos ingleses, que recelan de esta numerosa población que va tomando sus calles. Ellos, tan británicos, tan orgullosos de su nación (qué envidia tengo de ellos en muchas ocasiones), que enarbolan la bandera del imperio británico sin resquemor, no quieren esta “invasión”.
Y yo entiendo a los ingleses porque para luchar contra el fanatismo no hay que tener complejos. Todos podemos hablar de solidaridad, de paz, de diálogo, que queda muy bien; pero con estos fanáticos nada de esto es posible. Lo siento, pero es la verdad. Ellos no tienen ningún complejo en intentar imponernos sus costumbres ¿Porqué cuando una mujer va a un paÃs árabe tiene que ponerse un velo y cuando ellas vienen a mi paÃs no quieren adaptarse a mis costumbres? Acepto que si yo voy a casa de alguien tengo que aceptar sus costumbres, pero cuando viene a la mÃa también quiero que acepten las mÃas.
El mundo occidental se ha arrugado en los últimos años. Algunos católicos, no es mi caso, se han avergonzado de decir que lo son por no parecer retrógrados ¿No son más retrógrados los musulmanes que nos amenazan? Hemos tenido que aguantar que unas señoras, dudo de que lo sean, bajo la apariencia de un feminismo que no es tal, asalten iglesias con las tetas fuera insultando a los católicos ¿Porqué no hacen lo mismo en una mezquita?  Algunos no se atreven a criticar a los inmigrantes porque les llaman xenófobos, gente que retuerce los argumentos para intentar dar a entender que se dice una cosa que no se ha querido decir.
Esto, señores, es otra cosa, es una guerra a la que no se pone fin con la palabra diálogo, paz o cantando por las calles palabras bonitas, ojalá fuera tan fácil. Yo también quiero que haya paz y acoger a los que vienen de otro paÃs buscando una vida mejor en el mÃo, pero también quiero que me respeten y que no me impongan a tiros sus creencias.
He envidiado a este pueblo francés que salÃa del estadio cantando La Marsellesa, orgulloso de su paÃs. ¿Qué hubiera pasado en España si una masa hace algo asÃ? La hubieran tachado de facistas y de borregos del Gobierno.
Estamos en guerra y a ella nos tenemos que enfrentar sin complejos. Recuperando los valores cristianos aquellos que creen en ellos, de la civilización occidental, de nuestra cultura. Arrugarse no sirve de nada.
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