No hay nada como irse cinco dÃas de vacaciones para darse cuenta, al regresar, de que la vida polÃtica española no ha cambiado nada y sigue metida en un, cada vez más peligroso, callejón sin salida. Si nadie lo remedia, y me parece que no, estamos abocados a unas terceras elecciones. Un ridÃculo internacional de grandes proporciones que los polÃticos lo van a pagar muy caro.
A no ser que se estén produciendo unas negociaciones secretas que alumbren una abstención inesperada del PSOE, el PP va a tener muy, pero que muy difÃcil, la investidura. No lo digo yo, sino que en algún que otro cuartel general de un partido polÃtico ya se baraja esta opción.
Yo hace tiempo que he dejado de confiar en la responsabilidad polÃtica de algunos. Porque si hay un partido, el PP, que ha ganado por segunda vez las elecciones, con más votos y escaños, y tres partidos, PSOE, Ciudadanos y Podemos, que han perdido votos y escaños, no entiendo por qué no prima el sentido de Estado y lo dejan gobernar. Y que los demás ejerzan la oposición. Y después, cuando haya que votar otra vez, si gana otro partido, que también lo dejen gobernar.
Pues no, estamos en el mismo absurdo que después de las primeras elecciones, en una situación de infantilismo polÃtico que está muy lejos de desbloquearse. Mañana puede ser el dÃa, o no.
Seguir a Paloma Cervilla en Twitter
Otras entradas relacionadas:
Ciudadanos camino de inmolarse polÃticamente
Rajoy no tiene nada claro poder gobernar
Rivera dice sà a la eficaz Ana Pastor, a cambio de un sillón
¿Y si Rivera entra en el cambalache de sillones? Otro sapo a tragar
Rivera empieza a recuperar la cordura
Sánchez, ¿de verdad quieres unas terceras elecciones?
Albert Rivera puede terminar como Rosa DÃez.
Rajoy baja el telón de la polÃtica espectáculo
Rajoy camino de la mayorÃa absoluta
Rajoy devuelve a los suyos el orgullo de ser del PP
Rajoy acertó y Rivera no entendió nada
España