El Senado ha abierto hoy sus puertas, después de un mes y medio de vacaciones, y la jornada no ha tenido desperdicio. Sesión de control de alta tensión con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha tenido que debatir cara a cara con los portavoces parlamentarios sobre la crisis económica. Otra semana negra para el presidente que vuelve a España, después de su periplo en Davos y Estados Unidos, y tiene que acudir al Parlamento a dar la cara ante los ciudadanos. El espejo de la realidad se lo puso rápidamente enfrente el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García Escudero, cuando le dijo. "La fiesta que ha durado seis años se acabó, señor Zapatero" y le recordó la definición que el socialista Joaquín Leguina ha hecho de la gestión del presidente: "Un cóctel a base de un toque progre, cuarto y mitad de feminismo radical, otro tanto de retórica radical, otro de retórica ecologista, rodajas de buenismo, vaso de anticlericalismo y esencias de memoria histórica". Tanto molestó la ofensiva popular que desde la bancada socialista se intentó frenar con gritos de "ladrillo, ladrillo", los populares respondieron con un "Benidorm". Pero todavía le quedaba a Zapatero una andanada más, la de los suyos, que son las que más duelen. Y la crítica partió del senador socialista Ramón Aleu, que le acusó de crear "desasosiego" en la sociedad. Ahí es nada. Esto sería sólo una opinión más, sino fuera porque ayer mismo Jesús Eguiguren, presidente del PSE, acusó a Zapatero de mentir -aunque para él es cierta lentitud a la hora de reaccionar ante las cosa- aquel día de diciembre de 2006 cuando afirmó, en relación al terrorismo, que "el año que viene estaremos mejor". Al día siguiente estallaron dos bombas en la T4. Cuando dijo aquella frase, "la negociación estaba rota", según Eguiguren. ¿Si mintió entonces con el terrorismo, que no habrá mentido ahora con la crisis?
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Pido la palabra
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Paloma Cervilla
“La fiesta se acabó, señor Zapatero”
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