Vaya sesión de control al Gobierno que ha tenido lugar en el Senado. La primera después de que Zapatero anunciara que se va definitivamente y el comienzo del largo calvario que le queda por sufrir al vicepresidente tercero del Gobierno y ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, hasta que finalice la legislatura. Los populares han agarrado bien la presa, la de la corrupción en Andalucía, claro, y no la soltarán hasta que Chaves claudique, sepultado por los escándalos que, cada vez más, lo están arrinconando sin piedad.
En menos de un año, la situación que tan bien habían controlado él mismo, su fiel Gaspar Zarrías (hoy secretario de Estado de Política Territorial y entonces todopoderoso consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía) y el lugarteniente Luis Pizarro (el consejero de Gobernación dimitido y ex secretario de Organización del PSOE andaluz), ha terminado por estallar.
La descomposición de Chaves va en paralelo a la descomposición del Gobierno andaluz y del régimen que, durante treinta años, han impuesto en Andalucía. Y eso se pudo percibir en el Pleno del Senado, cuando todo lo que pudo decir Chaves sobre los negocios de su hijo Iván, como supuesto comisionista de la Junta de Andalucía, que dirigió su padre, es que los documentos que ponían al descubierto esta mediación, eran robados. Eso a mí me da igual, ¿son ciertos, señor Chaves, sí o no? Dígalo porque eso es lo que los andaluces queremos oir. Usted podrá recurrir a la Gürtel y esparcir el lodo en el que está enfangada la política por las Cortes Generales, pero no podrá huir de la verdad, si es cierto que la corrupción se ha extendido como una mancha de aceite por la Comunidad que usted gobernó.
Hubo un tiempo en que los negocios de los hermanos Chaves, Leonardo y Antonio, no dejaron de ser un escándalo más que se diluyó con el tiempo. Incluso aquellas noticias sobre su hija, apoderada de una empresa que recibió subvenciones de la Junta en un Consejo de Gobierno que usted presidió, terminaron por languidecer en las páginas de los periódicos. Pero lo de su hijo sigue sin aclararse, y lo de los ERE, y lo de los cursos de formación …..y me temo que muchas cosas más que irán apareciendo.
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