El 5 de noviembre de 2009, y bajo el título "El despilfarro autonómico ya está aquí", me refería en un post de este blog a la aprobación en el Parlamento del nuevo sistema de financiación autonómico, que suponía un desembolso de 12.000 millones de euros, de los que tres mil millones son para Cataluña. Zapatero certificaba así su claudicación ante el presidente catalán, José Montilla, o lo que es lo mismo, ante los votos de los socialistas catalanes que le llevaron a la Moncloa. No había dinero en la caja del Estado para pagar esta factura con la que financiar caprichos autonómicos como los canales televisivos, los coches oficiales o las 188 oficinas, duplicadas claro, con las que se promocionan en el exterior. Un despilfarro sin sentido en plena crisis que obligó a Zapatero a engordar la deuda.
Pues siete meses después de este sin sentido, la Unión Europea le pide a España más recortes del gasto público, concretamente 11.000 millones de euros, que el Ejecutivo traslada a las Autonomías. El mismo dinero que se comprometió a pagar, ahora lo tienen que recortar las regiones de su déficit. Esta petición de la UE no hace sino confirmar que el nuevo sistema de financiación autonómico fue un paripé de Zapatero para plegarse a las exigencias de Montilla, y que ha terminado por diluirse ante las exigencias de Europa. Llegado a este punto, lo mejor que puede hacer el presidente es cerrar el grifo autonómico y revocar el acuerdo. Pero a menos de un año de las elecciones autonómicas catalanes, nadie se cree que vaya a hacerlo.
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