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El honor de Cospedal

El honor de Cospedal
Paloma Cervilla Garzón el

Al finalizar en el Juzgado de Toledo el pasado viernes la vista por la demanda que ha interpuesto la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, contra el extesorero Luis Bárcenas, el fiscal aseguró que no tenía duda sobre “la honorabilidad” de Cospedal. Supongo que lo diría con bastante fundamente porque no creo que un fiscal hable por hablar, y menos en una causa como ésta, de tanta trascedencia política. Poco se ha destacado de esta frase, que pone en su sitio a un mentiroso convulsivo, hasta que no se demuestre lo contrario, que dice lo mismo y lo contrario y que no aporta ni una sola prueba de esos supuestos sobres llenos de billetes que le metió a Cospedal en el bolso.

Cospedal y Barcenas se sentaron por primera vez, desde hace muchos años,  frente a frente, aunque éste último desde la cárcel de Soto del Real, a la que le mandó el juez Ruz tras conocer que tiene cuentas por más de 50 millones de euros en Suiza y no recibir una explicación convincente de la procedencia del dinero.

Para algunos compañeros de partido, Cospedal no debería haber demandado a Bárcenas y se debería haber quedado calladita, mientras un personaje de la escasa catadura moral como Bárcenas la vilipendia día sí y día no, pisoteando su honor por todos los medios de comunicación del país. No contentos con el fracaso de sus pactos para intentar mantener calladito a un presunto delincuente, ahora pretendían que Cospedal pasara por el aro que puede terminar por ahogar  a algunos de los actuales dirigentes del PP.

Pues a mí me parece muy bien que Cospedal plante cara a este personaje, se siente frente a él en un juzgado y le diga que todo lo que está contando sobre ella es falso. Callar, frente a las infamias, no sirve para nada. Y si alguien se decide a ir a un juzgado y querellarse es porque tiene la conciencia muy limpia, otros en el PP no lo han hecho, y algunos lo han hecho a trompicones, creyendo que no enfrentarse a él les va a liberar de sus mentiras. Éstos, a día de hoy, todavía tienen la esperanza de que algún resquicio legal les permita retirar las actuaciones judiciales contra el extesorero, supongo que porque le tienen miedo. Craso error.

El derecho al honor es lo único que le queda a un político en unos momentos en el que una gran parte de los ciudadanos han perdido la confianza en ellos. A los votantes le parece más gratificante ver a una María Dolores de Cospedal plantar cara a un presunto delincuente como Bárcenas y negarse a cargar sobre sus espaldas los errores de otros, que asistir al espectáculo que ofrecen algunos dirigentes, escondidos a ver si pasa la tormenta.

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Paloma Cervilla Garzón el

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