A este Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias (Peter&Paul) que se ha implantado en España ya solo queda combatirlo con la ironÃa que, como ustedes saben, es patrimonio de los inteligentes.
Una no se puede tomar en serio esta retahÃla de disparates que hemos escuchado ¡en tan solo una semana! porque entrarÃamos en un estado de depresión profunda.
Nuestra capacidad de asombro no se agotará nunca en estos cuatro años y cada martes, después del Consejo de Ministros, tendremos un disparate mayor.
El primero, el de este viernes, inaugura el Catecismo progre que se quiere implantar en este paÃs. Como primer mandamiento, la exportavoz y ministra de Educación, Isabel Celaá, ha decidido que los hijos no son de los padres, bueno, excepto si hay que abortarlos, que entonces, sÃ, sino son del Estado, o mejor dicho, del Gobierno de turno. FÃjense qué barbaridad, se pasan la vida luchando para que se pueda abortar, quitar la vida al no nacido, apelando a que el cuerpo es de la mujer, pero, la mente, señores, eso es mÃo.
Yo soy la dueña de su mente, viene a decir la ministra de Sánchez, y aprenderán lo que a mà me dé la gana, en lo que se refiere a cuestiones de moral, sexualidad y civismo, pero, ¡cuidado!, de religión, nada de nada, que eso es la caverna. Sectarismo puro.
Pues señora ministra, yo le digo que no, y no soy facha, ni ultra, ni esas mamarrachadas con las que ahora se quiere descalificar a todo aquel que no piensa como el Gobierno socialcomunista.
Los hijos son de los padres, y mientras sean menores de edad, están bajo su responsabilidad. Y todo lo que sea educación moral y en valores, les corresponde autorizarlo a ellos, con pin parental, sin pin, con un papel, con lo que sea, me da igual como se llame.
Ya está bien de hacernos comulgar con ruedas de molino progre, con creerse superiores a los demás, con querer inocularnos en vena su idea de la sexualidad, de la moral, o los valores.
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