A día de hoy, no hablo de mañana porque en política un día es una eternidad, María Dolores de Cospedal seguirá siendo la secretaria general del Partido Popular después del Congreso Nacional que celebrarán los populares el próximo fin de semana.
Es lo que hay, aunque un sector del PP lleva semanas intentando que esto no sea así. Filtraciones interesadas, medias verdades y presiones variadas no van a cambiar, de momento, el deseo de Mariano Rajoy de seguir contando con su ministra de Defensa al frente del PP.
Supongo que durante esta semana las presiones para intentar hacer cambiar de idea a Rajoy, aumentarán, pero me temo que quedarán en la nada, en un movimiento nostálgico que puede traer consecuencias futuras para aquellos que lo están impulsando.
Después de la gestión del caso Bárcenas, en el que Cospedal dio la cara por el partido en medio de la mayor tempestad que ha azotado las filas populares, Rajoy no se resiste a decirle que no a nada. Como bien ha sucedido con la resolución del caso Yak, que lo dejó en sus manos, y no le ha ido nada mal. Las cosas, cuando se hacen mal, hay que mirarlas de frente y rectificar lo que sea necesario, incluso pidiendo perdón, que tampoco pasa nada.
Si las cosas transcurren como parece que van a transcurrir, Cospedal seguirá al mando de la nave popular en un momento que será fundamental: la sucesión de Rajoy, que ella pilotará desde dentro. Precisamente ese es el temor de los que quieren apartarla.
Que haya o no coordinador es un asunto menor, ya que a Cospedal lo que menos le interesa ahora es bregar con las cuestiones domésticas del partido, que posiblemente queden en manos de Fernando Martínez-Maillo, que se ha revelado como un hábil organizador de la fontanería popular.
A Cospedal lo que le interesa ahora es labrarse una figura de mujer de Estado y salir de la disputa interna de su partido, desde un ministerio tan propicio como el de Defensa, con una vertiente internacional que le ayudará a darse a conocer en el exterior. Solo aterrizará en el PP como reina madre para demostrar que sigue teniendo el mando.
Sobre el futuro, Dios dirá, pero Cospedal, ni mucho menos, está descartada para nada.
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