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Blogs Pido la palabra por Paloma Cervilla

Los seis pecados de Álvarez-Cascos

Paloma Cervilla el

 

He esperado unos días para escribir un post sobre la bravuconada de Francisco Álvarez-Cascos. No porque no lo tuviera claro, ya que siempre he pensado que se había pasado de frenada, sino porque he esperado a escuchar qué dice la gente de la calle, no nosotros, los periodistas, ni los políticos del PP, con los que he hablado.

 

A mi juicio, y ustedes me dirán qué piensan, el ex secretario general del PP, ex vicepresidente del Gobierno de Aznar y ex ministro ha cometido varios errores o pecados, si se le pueden llamar así:

 

 

1.- Conspiración. Desde el Congreso de Valencia no se había envainado la espada de la conspiración contra Mariano Rajoy. Como bien me decía un veterano político popular, ha sido el único dirigente de los que se opusieron al hoy líder de la oposición que no ha tirado la toalla y ha esperado el momento oportuno, cuando más daño podía hacer.

 

2.-Premeditación y alevosía. Se fue en 2004 cuando el PP perdió las elecciones generales y comenzaba la larga travesía en la oposición. Otros se quedaron junto a Rajoy, pero él anunció su retirada. Ha estado agazapado, meditando el momento idóneo para volver. Aquella retirada se comprueba ahora que no fue sincera.

 

3.-Traición. La venganza es un plato que se sirve frío. Empezó a mover los hilos de su posible candidatura en Asturias, bajo cuerda y traicionando a Rajoy, sin expresar claramente sus intenciones y a espaldas de los órganos oficiales del partido. Pensaba, quizás, que por ser quién es tenía el camino abonado.

 

4.-Deslealtad. Cuando la situación llegó al límite se negó a aceptar lo que le pedía Rajoy, que su candidatura fuera de consenso, que integrara a todos y que no llegara a Asturias eliminando a todo aquel que, democráticamente, no lo apoyaba.

 

5.Rebelión. En su camino se encontró a una general secretaria, María Dolores de Cospedal, que se negó a aceptar la imposición de Cascos. Son otros tiempos, otros modos y él ya es pasado. Las normas del partido están para cumplirlas y si se hacía una excepción con Cascos, se abría la veda para que en cualquier Autonomía se tenga que convocar un congreso extraordinario si hay un candidato que así lo pide para ser nominado. Para eso están las direcciones regionales, sino que él , cuando fue secretario general, hubiera aprobado un proceso de primarias. Lo que nunca hizo para los demás, ahora lo quería para él. Como no me dan lo que yo quiero, me voy, con la excusa de que no me han defendido ante las ofensas. ¿Y si hubiera sido el candidato? ¿Pensaría lo mismo sobre los insultos qué dice haber recibido o hubiera pasado página porque ya consiguió su objetivo?

 

6.-Soberbia. Deja el partido y se presenta como el salvador de Asturias. O yo, o la hecatombe. La rueda de prensa que ofreció fue un ejemplo de una persona que, para algunos, habría podido pasar a la historia como un gran político y gestor, pero ha quedado reducido a la categoría de hooligan de la política y de desfasado dirigente que no ha sabido retirarse a tiempo.

 

Poco futuro le auguro a Álvarez-Cascos. Su salida airada creo que, a la larga, reforzará la moderación que quiere implantar Rajoy. Cuando no se es elegante en las formas, se pierden todas las razones. Otros, que parecían indispensables, se fueron, y ya casi nadie se acuerda de ellos. Con el viento del poder a favor, pocos serán los políticos asturianos del PP que dejen el partido. Fuera, hace mucho frío.

 

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Paloma Cervilla el

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