A un sector del Partido Popular y del Grupo Parlamentario Popular no le ha sentado nada bien que el Gobierno haya frenado la celebración de un Pleno en el Congreso de los Diputados el mismo dÃa que se ha convocado el asedio al edificio de la Carrera de San Jerónimo, no aprobando en el Consejo de Ministros del dÃa 19 proyectos de ley que tuvieran que ser debatidos hoy. Al frenar la actividad legislativa, ya hay una excusa para que el jueves no haya actividad parlamentaria.
Muchos interpretan esta maniobra como un acto de cobardÃa y un repliegue ante los violentos que acosan e intimidan a los populares y que parece que están marcando la agenda de los polÃticos.
Las quejas son muchas y algunos diputados están dispuestos a acudir a sus despachos para que quede constancia de que ellos sà quieren trabajar y de que nadie les va a impedir acudir a su lugar de trabajo.
Cuando la decisión de no convocar el Pleno llegó a la cúpula popular el malestar se hizo patente y se intentó que, al menos, se celebrasen algunas comisiones, y solo se ha conseguido que se celebren dos por la mañana. Algo es algo.
Mal ejemplo dan los polÃticos si un grupo de violentos marcan la agenda del dÃa en el Congreso de los Diputados y los mandan a su casa. La democracia no es el imperio de la minorÃa que quiere conseguir en la calle lo que las urnas no le han dado y echar del lugar donde reside la soberanÃa popular a los representantes de los ciudadanos.
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