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Blogs El lunes empiezo por Patricia Ramírez

Cómo hablarte con más optimismo y seguridad

El lunes empiezo a... cambiar la manera de hablarme a mi mismo

Patricia Ramírezel

¿Te has dado de que somos mucho más exigentes, machacones, inflexibles hasta irrespetuosos cuando nos dirigimos a nosotros mismos en comparación con cómo nos dirigimos a los demás?

El lenguaje es poderoso. Determina en gran parte cómo nos sentimos y cómo actuamos. La triada psicológica es la interacción entre pensamiento, emoción y comportamiento. De tal manera que nuestra manera de pensar influye directamente en nuestra manera de sentir y de actuar. Sentimos cómo pensamos.

Así que nuestra seguridad, nuestra confianza, nuestro compromiso con los proyectos o con los cambios que decidimos tomar, la relación que mantenemos con otras personas, todo, viene determinado por la manera en cómo nos hablamos respecto a lo que acontece y por cómo interpretamos.

Hoy dedicamos #ElLunesEmpiezo a las palabras con las que nos relacionamos con nosotros mismos, el autodiálogo. Imagina que existieran idiomas emocionales. No el inglés, francés o alemán, que tienen un vocabulario, una sintaxis, una gramática, etc., distintos. Sino idiomas que contienen nuestras palabras, nuestra misma gramática, sintaxis o dicción, pero que nos hicieran sentir de manera distinta en función de la expresión o de la palabra que eligiéramos. Así, una persona que se exprese con un “me siento abrumada en las reuniones de trabajo, tengo la impresión de que mis ideas no son lo suficiente interesantes” se sentirá insegura, débil. Y por ello, su comportamiento estará relacionado con la pérdida de oportunidades, porque su inseguridad y falta de confianza le llevarán a no querer intervenir en las reuniones de trabajo.

Es cierto que expresarse así puede tener un origen de fracasos propios, de baja autoestima o de falta de experiencia por no haberte expuesto a esta situación. Pero fuere el motivo que fuere de origen, elegir un vocabulario distinto y hablarte con más optimismo y seguridad, mejorará seguro la confianza propia en el momento. Igual no te convierte en la mujer o en el hombre más seguro, ingenioso y participativo de la reunión. Pero sí que te dará un puntito más de seguridad.

Frases como «todas las ideas pueden sumar», «deja de juzgarte», «escucha, empatiza, disfruta, participa», «eres creativo, igual nadie ha caído en esta idea, por sencilla que parezca» incrementarán tu serenidad y seguridad durante la reunión.

Pon un poco de atención a partir de ahora en los comentarios y críticas que te haces, o en cómo sueles anticipar el fracaso, el peligro o los problemas. Verás que te das muchos mensajes cargados de negatividad y toxicidad que interfieren directamente en cómo te sientes y actúas.

Proponte cada día anotar palabras optimistas, serenas, alegres, constructivas, motivantes. Y trata de repetir aun de ellas a lo largo del día. Permite que esa palabra tome presencia y protagonismo, que pase a formar parte de tu manera cotidiana de hablar. Si por ejemplo empiezas a repetir una palabrota, un día será jugadora titular de tu forma de expresarte. Con esas palabras ocurre lo mismo.

Si os interesa este tema, podéis ampliar la información con el libro de Luis Castellanos, «La ciencia del lenguaje positivo».

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