La selección vive ahora mismo momentos de reflexión. La derrota ante Francia, quizá la más dura de todas las encajadas por esta generación de jugadores, obliga a ello. El adiós al Mundial es más que una despedida de las medallas. Para muchos de los integrantes del equipo será un punto final y para otros, como Navarro, Reyes o Pau Gasol, supone un cambio de planes en la hoja de ruta que tenían marcada para despedirse definitivamente de la selección.
El que está más cerca de no volver al equipo nacional es Juan Antonio Orenga, quizá el más perjudicado por la derrota del miércoles ante Francia. El técnico ha encadenado dos años en el banquillo de la selección y en ninguno de ellos ha convencido así que lo lógico es que dé un paso al lado y deje sitio. En el Europeo de 2013, la ausencia de varios pilares del equipo le dio bula, pero el desastre ante Francia no tiene explicación. El equipo adoleció de soluciones en muchos minutos, en los que solo hubo autogestión. Además, algunos jugadores tienen claro que no volverían al equipo nacional con Orenga en el banquillo, lo que hace más inviable aún su continuidad.
Venga quien venga, se encontrará una situación incierta. El de Francia no será el último partido de Pau Gasol o Navarro en la selección con toda seguridad. Después de más de una década de éxitos, no quieren despedirse así. No tenían pensado dejar la selección antes del Mundial y tampoco lo piensan hacer después de la derrota. Su objetivo era llegar a los Juegos Olímpicos de Brasil en 2016, pero tras la debacle mundialista el camino hasta allí va a exigir un esfuerzo mayor.
Sin la clasificación conseguida, España se la jugará el próximo verano en el Europeo, donde habrá dos plazas en juego para los Juegos. Esto obliga a que, lo que se suponía que sería un año de transición en la selección, tenga que tomarse muy en serio. Además, el Eurobasket 2015 serviría para engrosar la lista de éxitos. Una buena manera de quitarse este mal sabor de boca y, además, se disputará en Francia. Oportunidad única para devolver el palo del miércoles a los galos.
Por edad, son Pau, Navarro y Reyes los que más opciones tendrían de dejar el equipo nacional, aunque la situación del madridista no tiene nada que ver con la de sus compañeros. El pívot lo ha pasado mal este verano con Orenga, relegado a un ostracismo casi humillante, sobre todo después de haber cumplido un buen año en el Real Madrid. Él es uno de los que más disgustado ha terminado. Desencantado, podría ser el único que dijera adiós a la selección en los próximos días, aunque la salida de Orenga y la posibilidad de despedirse con un podio el próximo verano podrían hacerle reflexionar.
Del resto, aún hay cuerda para rato. Como decía Pau el miércoles por la noche, le gustaría “jugar hasta los 50”. Su contrato recién firmado en la NBA augura aún unos buenos años para él en el baloncesto. A los Juegos llegaría con 36, como Navarro, lo que los convierte en veteranos útiles aún para el equipo, cuya calidad tendrá allí su punto y final. Los Juegos de Río sí que serán el punto y final a la “Generación de Oro” del baloncesto español, que a partir de ahí tendrán que explorar nuevos caminos de renovación, con los Rudy, Ricky o Ibaka como puntales de futuro.
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