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Blogs Notas del Espía Mayor por Javier Santamarta del Pozo

Monumento… ¡Mo-nu-men-to!

Monumento… ¡Mo-nu-men-to!
El alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y la concejal de Cultura, Andrea Levy, en pleno estudio monumental, según Ricardo Sánchez «Risconegro».
Javier Santamarta del Pozo el

Sí, he de confesarlo. Este Espía Mayor ha escrito el título de esta nota con la voz de José Luis López – Vázquez en la cabeza. Los boomer me entenderán, algún millennial cinéfilo tal vez, y paremos de contar. Cielos, ¡cómo se le echan a uno los siglos encima! Pero no demos más circunloquios, que de siglos va la cosa. De siglos de Historia de España. ¡Ná menos! Y me permitan me ponga castizo, que uno ha nacido en Chamberí, y aunque me quisieron dar buenas maneras en mi crianza en Santander, uno siempre ha sido un castizo. ¿Que no? Y de Madrid, rompeolas de las Españas, esa ciudad que es de todos. Abierta, loca, agobiante, castellana vieja, cosmopolita… Que es tanto Villa como Corte, y en donde nadie es forastero. Una ciudad que es lo que es porque, seamos claros, Felipe II decidiera hacerla la capital de su reinos, en vez de Toledo, Lisboa, Sevilla o Barcelona.

Una ciudad que se creó a sí misma sobre esa premisa, en la que nadie pregunta de dónde es cada vecino. Pues, como expliqué un día cuando vivía en una de las ciudades mentadas, a la frase de que «es que de Madrid es fácil ser, porque nadie es de Madrid», contesté: «Precisamente lo contrario. En Madrid, todos somos de Madrid. Venga de donde venga». Vamos, ¡que algo de vizcaínos debemos de tener porque esa chulería es muy de Bilbao! No me extraña que les gustara tanto venir a la final de la Copa para ver con quien les tocaba cada año, mientras llenaban la Plaza Mayor y alrededores de camisetas rojiblancas, negras txapelas, y el sonido de algún txistu y un tamboril. Una ciudad, por tanto, que al ser representación de todos los rincones de España, como ocurre con otras capitales del mundo, mucho más razón tiene el que estén representados «estatuatariamente», aquellos que hicieron Historia conjunta.

Recreación de la escultura de Felipe II en la Plaza de la Villa de Madrid – AYUNTAMIENTO

De estatuas y monumentos, pues, quisiera hablar. O al menos de unos pocos. Como ya en su momento abogué por ello en la Tercera del ABC «Es tiempo de héroes», no quisiera repetirme. Pero sí hacer una coda sobre ciertas que están… y las que espero estén pronto. De primeras, es absolutamente perentorio que el Ayuntamiento cumpla lo prometido a los propios vecinos, en la encuesta que realizara en 2013 (¡nada menos!) dentro del Plan Monumenta, donde se recuperaba la arrumbada estatua de Felipe II, al que se le debe su capitalidad como hemos dicho, y que se quitó de la Armería entre Palacio Real y la Almudena, hace eones. Y trasladar al invicto Almirante don Álvaro de Bazán, a un noble sitio frente al Cuartel de la Armada y junto al Museo Naval. ¡Qué mejor sitio para él!

Vista parcial del MONUMENTO a ISABEL LA CATÓLICA (1451–1504) del Paseo de la Castellana de Madrid (España), realizado en bronce y piedra por Manuel Oms y Canet (1833). Foto Luis García

Por otro, amén de recuperar la idea que propuse en mi Tercera, no es normal que una estatua con la significación y relevancia que tiene, esté en un sitio donde no pasan casi ni los madrileños a pie. Me refiero a la estatua de Isabel la Católica. Una espectacular escultura a caballo, donde vemos a la reina escoltada por el Gran Capitán (¡ahí es ná!), y por el Cardenal Mendoza. Su actual ubicación es preciosa… pero no es práctica. Ningún turista, visitante de otras provincias, ni hermanos hispanoamericanos, van a ir a ver ex profeso esa estatua, en donde se encuentra. Insisto. Que no le pregunten a muchos madrileños, que no sabrán ni encontrarla. Y, al margen de que se piensen en otros sitios, lo normal y lógico sería ocupar el vacante pedestal de Colón, en la Plaza y Jardines del Descubrimiento. ¡Díganme que no sería el sitio perfecto!

Boceto de Augusto Ferrer – Dalmau para la futura estatua a los Tercios de Flandes.

Por último, pero no por eso menos importante, cierto es que poco a poco se van consiguiendo hitos gracias a las donaciones que los propios ciudadanos, por suscripción popular y gracias a las plataformas que hay para tales cosas. Como la estatua de Blas de Lezo, o la de los Héroes de Baler, ambas salidas del taller del increíble escultor, don Salvador Amaya. Y la última idea, realizada por su alter ego a los lápices, don Augusto Ferrer – Dalmau, sería nada menos que un monumento a los Tercios de Flandes. Un espectacular grupo escultórico, donde no falta ni el perro que popularizara el académico don Arturo Pérez Reverte. Una estatua cuyo mecenazgo por parte de una entidad privada, se ha ido al garete por las razones que sea (para eso es un privada), aunque el Ayuntamiento de Madrid estaba interesado y apoya el proyecto. Esperemos que salga adelante, y acabe ubicada en un sitio señero donde pueda ser admirada. Desde luego, si no es en Madrid, yo hago la propuesta de que venga a San Lorenzo de El Escorial, pues si se instalara en perspectiva con el Palacio Monasterio, mira que amo a mi Madrí… ¡pero eso sería ya la caraba! ¿Hacemos algo?

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