Hasta el momento, los únicos restos fósiles que teníamos de los denisovanos, una antigua especie estrechamente relacionada con los neandertales, se limitaban a una pequeña colección de fragmentos hallados en la cueva de Denisova, en Siberia. Pero ahora, un equipo de investigadores dirigido por Fahu Chen, del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana, Dongjiu Zhang, de la Universidad de Lanzhou, y Jean Jacques Hublin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, acaban de publicar en Nature la descripción de una mandíbula de 160.000 años de antigüedad, perteneciente a esa misma especie y hallada en Xiahe, en China.
Gracias al análisis de sus antiguas proteínas, los investigadores pudieron comprobar que el dueño de la mandíbula perteneció a una población que estaba estrechamente vinculada a los denisovanos de Siberia. Dicha población ocupó la meseta tibetana en el Pleistoceno medio y se adaptó a su ambiente, escaso en oxígeno, mucho antes de que Homo sapiens, nuestra especie, llegara a la región.
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Ciencia