A lo largo de su dilatada existencia la Vía Láctea, nuestro hogar en el espacio, se ha fusionado ya con una veintena de otras galaxias, cinco de ellas formadas por más de 100 millones de estrellas. Esa es una de las conclusiones del primer «árbol genealógico» de la galaxia elaborado por un equipo internacional de astrónomos y recién publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
El nuevo análisis se centra en los antiguos y densos cúmulos de estrellas que orbitan la Vía Láctea, llamados cúmulos globulares, y ha hecho posible contar el relato más completo hasta la fecha de sus fusiones desde los lejanos tiempos de su formación. Pero no solo eso. Entre los datos, en efecto, se ha encontrado también un evento de fusión que los científicos desconocían por completo. Uno que tuvo lugar hace 11.000 millones de años y que cambió por completo la forma de la Vía Láctea. Los astrónomos han bautizado a esa galaxia, que al final también fue absorbida por la nuestra, como «Kraken», en recuerdo al monstruoso calamar gigante de la mitología marina.
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Ciencia