No, no es exagerada la entradilla. Y no me refiero al boom, que tal vez sí, sino ¡ay! al siglo de retraso. No hay más que visitar una buena librería como City Lights, en San Francisco, para confirmarlo. Llevamos un retraso a-bi-sal en lo que se refiere al tratamiento de la música popular en España. Desde hace unos años hay un pequeño boom, todavía muy underground, pero que da cierta sensación de que comenzamos a caminar. Aunque por ahí fuera, por el momento, de lo que se escribe por aquí, ni caso. No hay tradición, ni tan siquiera para mirar a nuestra propia tradición. Pero para no alargarme, quisiera hacer mención, cuando menos, a algunos de los mejores libros que han sido editados en 2019, y que han llegado a mis manos. Y atreverme a ponerlos en un orden, por aquello del morbo de saber qué tipo de sustancias toma el plumilla para llegar a semejante conclusión. Son todos ellos recomendables por cuestiones tan variadas que habría de necesitar una buena sobremesa, con copa y puro. Y hasta que los lectores sean capaces de tele-transportar ambas cosas, a más a más de su presencia, confórmense con el listado y unas de esas “frases” que abrigan las ediciones lustrosas con una cinta mágica, irresistible para el comprador dubitativo, siendo todas ellas de mi cosecha, claro está.
- TOM WAITS. EL AULLIDO DE LA NOCHE, Miguel López e Isabel López (La Linterna Sorda) 249 pgs. : Una certera aproximación a uno de los más misteriosos personajes musicales del siglo XX. No es nada fácil enfrentarse a un monstruo de la escena y la composición como Waits. Libro prieto, empitonado, noble. Como una noche eterna en un motel cualquiera. Queriendo decirla “te quiero”.
- MUJERES CON NOMBRE DE CANCIÓN, Juan Carlos León (West Indies Publishing Company) 369 pgs.: A veces lo más sencillo acaba siendo lo más genial. Como darle la vuelta a la tortilla y buscar historias reales detrás de esos nombres de chica que habitan las canciones, desde el folk hasta el rock. Aquí, con gracia y saber, desfilan un centenar de historias. Para empezar por buscar a ver si están las favoritas de uno. Algunas encuentras, seguro. Como “Marie Provost”, de Nick Lowe.
- DIECINUEVE DÍAS Y QUINIENTAS NOCHES, Juan Puchades (Efe Eme), 246 pgs.: Da escalofrío solamente pensar en un artículo largo sobre Sabina, ahora que lo tenemos con el homenaje reciente de 38 artistas españoles, Ni tan viejo ni tan joven, en todas las marquesinas de los quioscos de prensa como una recurrente pesadilla. En algunos los grafiteros ya le han puesto debajo de Sabina, “caca”. Pues, mira por donde, alguien se atreve a escribir sin ruborizarse cientos de páginas sobre un disco de Sabina. Y, lo peor de todo, es que pese a todos los intentos por meter el dedo en el ojo -vaga la ironía-, no puedo uno más que decir que es un hilado muy fino, que aporta más de lo que cabría esperar y que, pese al contenido, merece la pena (nunca mejor dicho) por la forma en la que está confeccionado.
- FERNANDO ARBEX. UN MUNDO DIFERENTE, Manolo González (Milenio) 312 pgs.: Pese a carencias en la edición, como la falta (tan común, ¡ay!) de índice onomástico, y a colocar las entrevistas como a parte, por capítulos, en vez de al hilo de la historia que se cuenta, acaso por pereza del autor (intercalar los testimonios es tarea costosa, ya se sabe, pero canónica, al menos en el mundo anglosajón creador de los clásicos de este género), se trata de un fresco vívido y coral de una de las más bonitas historias del pop español, a partir de Los Brincos.
- CONVERSACIONES CON GONZALO GARCÍA PELAYO, Luis Lapuente (Efe Eme) 219 pgs.: Este libro recoge las conversaciones de Luis Lapuente con un personaje poliédrico, jugador, productor, cineasta, genio y figura. Cada cual puede elegir a su gusto la cara del prisma que más le guste. Gonzalo ofrece satisfacción por los cuatro costados.
- CALLES QUE FUERON NUESTRAS, Juan J, Vicedo (Sílex) 232 pgs.: Algunos libros tienen la virtud de trascender aquello de lo que hablan, por cómo te lo cuentan, y cómo parece que estás conviviendo con un mundo ajeno, pero dentro de él. Esto es lo que sucede con la historia de Pulp, Jarvis Cocker y Richard Hawley, aquí narrada de manera muy especial.
- THE KINKS. MÚSICA, CULTURA Y SOCIEDAD, Javier de Diego Romero (Milenio) 399 pgs: Es cierto que no es este el primer libro de The Kinks, aunque también es cierto que llevábamos esperando un análisis tan exhaustivo en castellano como este décadas. Pena que haya quedado solapado con otro trabajo, del año anterior, sobre la misma banda, Amanecer en Waterloo (Sílex) de Manuel Recio e Iñaki García, también excelente. Solemos desatender los contextos, algo que aquí en ningún caso ocurre, sin dejar de aflorar, de manera atemperada, eso sí, el fan de los Kinks que el autor lleva dentro. Un trabajo de chinos, que se lee en un pis pas.
- EL HECHIZO DEL GROOVE, Jaime Bajo González (Lenoir) 227 pgs.: Los libros de entrevistas suelen ser, las mas de las veces, algo sospechosos cuando no difíciles de sostener. Da la impresión de ser un trabajo forzado. Aunque en ocasiones funciona, como pasó con aquel Jinetes en la tormenta de Diego A. Manrique. Lo mismo ocurre con lo que ha compilado Jaime Bajo (Madrid, 1983), un serie de impactantes y nutritivas entrevistas a personajes como George Clinton, Santiago Auserón, Sharon Jones o Rubén Blades.
- NO OLVIDES LAS CANCIONES QUE TE SALVARON LA VIDA, Carlos Pérez de Ziriza (Efe Eme) 222 pgs.: Crónica subjetiva es sinónimo de modernidad y de haber comprendido de qué va esto de escribir sobre música, que es bastante distinto tanto del verso libre incomprensible, porque nada significa, como del corsé de las instrucciones de uso de un medicamento y la consulta al farmacéutico. Esta “crónica generacional” ni siquiera es eso, a mi gusto y entender, sino un intento de comunicarse o un tratado sobre la comunicación para aquellos que hemos creído siempre en el poder de las canciones.
- EL LEGADO DE DUANE. ALLMAN BROTHERS BAND 1969-2019, José Galván (Lenoir) 503 pgs.: Para los lectores en castellano, amantes de los sonidos del rock sureño y, por ende, de toda la saga y ramas salidas de esa semilla como fueron los hermanos Allman y sus compinches, este libro es una pequeña biblia. Aunque hay que advertir que la cabezonería del autor obligó al editor a añadir más de doscientas páginas de apéndices y árboles genealógicos, que podrían haberse solventado con unos cuantos enlaces electrónicos. Pese a ello, es un libro hecho con amor y devoción por Betts, Duane, Gregg, Haynes y cía.
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