A veces las cosas giran en círculos a tu alrededor. Todo empezó a raíz de una conversación con un colega de esos que andan más bien silenciosos y habitan en tu cercanía con un cordial buenos días, sin que sospeches nunca que la conversación pueda ir hacia lugares, en el buen sentido, comunes.
Hasta que un día pasa, no se sabe cómo. Y descubres que el susodicho entabló amistad en su día con Kiki de Montparnasse, conoce todas las bandas y es capaz de pasarse horas en una comida cantando canciones como un quinceañero.
En una de aquellas conversaciones me habló de una canción de Status Quo. El gesto se me torció inmediatamente, pensando en los Status Quo que la mayoría conocemos, los de las guitarras sincronizadas como si estuvieran bailando en un honky tonk de Nashville, adelante y atrás. Nunca he podido con “Whatever You Want”, “Rocking all over the World”, y menos aún con “In The Army Now”. O sea, que cuando me habló apasionadamente de “Pictures of Matchstick Men” de Status Quo, no pude por menos que mostrar mis reservas.
Pasaron los meses y andaba buceando en los discos de Grateful Dead cuando me acordé de un grupo más reciente, Phish, que de algún modo con sus improvisaciones, sus performance y sus fanáticos seguidores continuaban -de manera bastante poco conocida fuera de los EEUU- la leyenda de Jerry García y los suyos. Y me dio por indagar en una canción de Phish que me gustaba mucho, “Sample in the Jar”.
Phish explican que la canción aterrorizó a sus fans, pensando que aquello se parecía peligrosamente a una canción radiable, incluso que podrían tener éxito, lo que habría desbaratado el plan de seguir siendo -los fans- los únicos guardianes del gran secreto de la música americana de las últimas décadas. No había de qué preocuparse, “Sample in the Jar” no introdujo a Phish en el mainstream y siguieron tan desconocidos como antes, para alivio de sus fieles.
Pero hay algo más. Para justificar la canción, el cuarteto de Vermont cuenta cómo lo que quisieron hacer con “Sample in the Jar” fue una actualización del sonido que se eleva como un cohete hacia el espacio en la canción firmada por Ferris de Status Quo “Pictures of Matchstick Men”.
Otra vez Status Quo. Y otra vez esa canción de extraño nombre. Así pues, había que ir hacia ella. Compuesta en 1968 para el primer disco de Status Quo, Picturesque Matchstickable Messages From Status Quo.
Y entonces me entero de que eso de “matchstick men” tiene un sentido, que no es otro que el de los cuadros de un señor muy británico de Stretford, Lancashire, llamado Lawrence Stephen Lowry, que puso su empeño y su peculiar estilo en convertir las escenas post industriales de las fábricas, las plazas y los parques de Inglaterra en visiones de la humanidad convertida en ajetreadas personitas cerilla ocupadas en ir hacia alguna parte. O sea, como nosotros, igual.
Llegados a este punto cerré el círculo. Y por el camino me olvidé por unos días de los Grateful Dead.
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