El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo arranca el año recibiendo a su colega japonés, Fumio Kishida, pero sólo unas horas después emprende viaje a Barcelona para hablar allí sobre el futuro de la Unión Europea, en un foro políticamente muy relevante y en el que no van a faltar las preguntas sobre el proceso soberanista. Barcelona Tribuna está vinculada a algunas importantes empresas catalanas como Gas Natural, Abertis o el Banco Sabadell y también al Grupo Godó, cuyo buque insignia, el diario “La Vanguardia”, está siendo objeto de las críticas de los nacionalistas desde que asumió la dirección Marius Carol, por entender que no se pliega a todas sus pretensiones.
Se trata, por tanto, de una cita importante para el ministro, que ha sido uno de los más activos miembros del Gobierno a la hora de hacer ver las consecuencias que para Cataluña tendría la independencia, especialmente en el marco de la Unión Europea, del que saldría de manera inmediata.
García-Margallo y su departamento ha pilotado la elaboración del documento de 200 páginas enviado a Embajadas y Consulados españoles para dar argumentos a los diplomáticos ante la ofensiva del presidente de la Generalitat, Artur Mas. No le resultará difícil, por tanto, torear en esa plaza.
La preparación de ese texto ha recibido algunas críticas de quienes piensan que con ello se hace un favor a los independentistas, pero la realidad es que la insistencia del Gobierno en explicar a sus socios y aliados en el exterior que las pretensiones nacionalistas no caben en la Constitución Española está dando sus frutos.
Por eso, no ha sido necesaria ninguna ronda de contactos para que la famosa carta enviada por Más a los gobernantes europeos y a los ministros de Exteriores de otros 45 países pidiendo apoyo sus pretensiones haya sido ignorada o haya tenido la única respuesta posible, que es constatar que se trata de un asunto interno de España, un país, con el que ninguno quiere ver deterioradas sus relaciones.
García-Margallo