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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Sombreros y tocados

Sombreros y tocados
María Luisa Funes el

Siete ideas para acertar con estos “temidos” accesorios.

 

Máxima de Holanda se ha convertido en un icono de estilo. Parte de su éxito se debe a que suele usar sombreros y tocados, con el gran don de acertar siempre, por más atrevido que sea el modelo. Otros miembros de la realeza, como Doña Sofía, Doña Letizia o Rania de Jordania, saben que los sombreros no les van, y evitan con toda la razón hacer uso de ellos.

En la corte británica nunca se han abandonado los tocados y sombreros, si bien la señoras de la Familia Real a menudo no aciertan con sus elecciones. Claro que, en el país de las carreras de Ascot, casi cualquier tocado es aceptable.

En España, este accesorio había caído en desuso desde los años 40.  Aún ahora se suele utilizar en contadas celebraciones. Entre las mejores direcciones donde encargar sombreros y tocados están Mimoki y Conchita, en Madrid. Los tocados de flores en porcelana de Hawker-Madrid son prácticos y originales.

Incluimos siete normas básicas para acertar con estos temidos accesorios.

 

  1. Si los sombreros no le favorecen, no se empeñe en ponérselos. Ya sea por una cuestión de estatura, de rasgos faciales o de tamaño de la cabeza, hay muchas personas a las que no les favorecen los tocados. Cada cual suele ser consciente del tema. Ante la duda, lo mejor -como de costumbre- es abstenerse, ya que excepto en las carreras de Ascot, nunca son imprescindibles.

  2. La amplitud del ala de un sombrero debe ir en proporción a la altura de la persona que lo lleva. Una señora muy alta debe evitar ir como un alfiler y una de menor estatura no debe utilizar un sombrero de ala muy ancha, que reduciría visualmente aún más su talla.

  3. Los tocados y sombreros no tienen porque ser del mismo color que el traje que se lleva. Es más, eso suele quedar algo caduco. La Reina Isabel de Inglaterra decide voluntariamente vestir en un solo color destacado, incluyendo el sombrero, si bien ella lo hace para ser visible desde lejos en los actos oficiales. Lo ideal, en cambio, suele ser elegir algún tono en degradé con respecto al vestido o al bolso, o bien un color complementario. Se pueden combinar el naranja o el cobre con vestidos rojos o el lila cuando se va de azul o rosa, por ejemplo.

  4. Los tocados de plumas de gran tamaño o de corte exagerado, como las “antenas” que llevó Beatrice Borromeo a la boda de Félix de Luxemburgo, se las pueden poner las muy jóvenes de físico espectacular. El resto de las mortales corre el riesgo de parecer un extraño insecto. No olvidemos que de lo sublime a lo ridículo, hay solo un paso.

  5. Con el pelo corto es mejor no utilizar sombreros, y aún menos de ala ancha, para evitar parecer alguno de los personajes masculinos de los poblados Amish en la película “Único Testigo”.
  6. Los sombreros y tocados de vestir en celebraciones de día, no favorecen combinados con trajes de pantalón. El pantalón requiere un tocado menos sofisticado o bien un simple peinado sin más.     

  7. Al finalizar las celebraciones y pasar a la mesa, los sombreros deben retirarse. Según el protocolo, una vez acabados los actos de rigor, en el interior de un comedor no se está ni a la intemperie ni al sol y por lo tanto, no son necesarios.

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