Madrid tiene pocos alicientes tan atractivos como su principal club de fútbol, el Real Madrid. El equipo, que se ha convertido en la marca española más valorada fuera de nuestras fronteras, es una mina para la ciudad. Los fichajes de Kroos, James Rodríguez y Keylor echan aún más leña al fuego.
Aunque su maravilloso y remodelado museo no tiene competencia en el mundo, aún se podrían realizar más proyectos con el valor “intangible” de una marca superlativa. Teniendo en cuenta que el turismo mundial crecerá en 800 millones de personas de aquí al 2030 y que será un turismo en busca de ocio, compras, cultura y buen servicio, nada parece más necesario que poner al día nuestra capital.
El Real Madrid ha proyectado una maravilla de ampliación que supone instalar un techo movil sobre el estadio e integrar en la Castellana un hotel de lujo y un centro comercial de primera, mejorando así el reclamo para turistas de élite, que son los que interesa recibir porque dejan de media en una única transacción en una tienda de alto nivel, lo que los turistas “económicos” del centro de Europa dejan en una semana.
Pues ahora, se ha sabido que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha recibido un ridículo recurso interpuesto por Ecologistas en Acción, que va en contra de la permuta de terrenos que el Ayuntamiento iba a conceder al Real Madrid para mejorar y ampliar su estadio. Es de risa que los ecologistas se dediquen a fastidiar un gran proyecto que puede generar turismo, empleo y riqueza, y que ocupará unos metros de la esteril acera del parking junto a la Castellana. Mientras tanto, miles de causas justas sin defender. Esperamos que el TSJ sea lo que tiene que ser: justo.
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