Los límites de la comunicación y la publicidad en los medios, se llevan a extremos para “beneficio” de las marcas que estiran la barrera entre lo adecuado y lo incorrecto. Campañas como las de Benetton o Calvin Klein de hace dos décadas, comenzaron esta tendencia hacia las imágenes que causan controversia y cierto malestar.
Benetton, tras fotografíar la muerte y el sida hace años, sigue pinchando al público esta década, con imágenes como la del foto-montaje del falso beso entre Obama y Chávez en 2011 o el delicioso “filetazo” de Sarkozy con la Merkel, falso pero que tanto hubiese unido a Europa…
Tom Ford o Calvin Klein, han hecho de la provocación un arte. Con artículos de calidad pero no fácilmente diferenciables, han construido marcas con personalidad que dan que hablar.
Incluso el burka y la mujer han dado tema a las campañas de la marca de vaqueros Diesel, mostrando una curiosa combinación de burka en material de tejanos y tatuajes por dentro.