“Paris, c’est Paris”. Mayestática, elegante, de color acero. Hago un salto de fin de semana para entrevistar a un nuevo diseñador y me encuentro con la ciudad donde viví. Llueve, como siempre.
París está llena de símbolos y de historia.
Es grandiosa y fría.
Pero también tiene un lado acogedor:
Si paseamos, encontraremos “boulangeries” apetecibles.
Le Fournil du Village o bien la boulangerie de la rue Marseille.
Chocolaterías y gofres de “luxe”, tipo Meert.
El genial mercado de las pulgas.
Tiendas de “delicatessen” muy auténticas, como
el Fromager Barthélémy.
Restaurantes peculiares y con sabor, por ejemplo
Chez George.
Lugares emblemáticos
Rincones mágicos.
Delicias típicas.
Tiendas curiosas.
Floristerías de ensueño como la de
Stéphane Chapelle en la rue Richelieu.
Cafés escondidos en l’île de Saint Louis.
Jardines románticos.
Galerías de arte de todo tipo.
Boutiques muy personales, como Yukiko París o Khadi & Co.
Librerías donde perderse durante horas………………,
como Le Cabanon, Galignani o Shakespeare & Co.
Y puertas que hacen soñar con un París misterioso.
Hasta la vuelta, París.
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