Michelle Obama ha viajado en misión semi-diplomática a China invitada por la primera dama, Peng Liyuan. No está de más extender lazos con el gigante asiático, sobre todo ahora que sobran enemigos ya que Rusia vuelve a ser el contrincante de la partida de “ajedrez”. Para ello, la Primera Dama, bien asesorada y con gran lógica, ha elegido un elenco de vestidos diseñados por creadores “asiamericanos”, de origen oriental. La Obama sabe como dorar la píldora.
Ha viajado con su madre, Marian Robinson, y sus hijas Malia y Sasha. En su llegada a China, al bajar del avión, ya iba vestida de Derek Lam, un californiano hijo de padres chinos. Era un conjunto en negro con apliques geométricos en ante marrón y beige.
En su cita en un instituto de Pekín con la primera dama, Peng Liyuan, Michelle apareció vestida muy de sport con un conjunto de pantalón negro de corte amplio y camisa blanca de Phillip Lim, otro norteamericano de origen chino.
De nuevo utilizó a Lim para su visita a un colegio, vestida de negro austero.
Y por supuesto, para su foto oficial con el presidente Xi Jinping, eligió un vestido en color rojo, el que utilizan a menudo las novias chinas al casarse, todo un símbolo de buena suerte en China. El vestido era del asiático Naeem Khan, procedente de la India, un exitoso creador que viste a Beyoncé, Eva Longoria, la Reina Noor y muchas otras personalidades en todo el mundo. Sus bordados son famosos por estar hechos a mano. Khan, procedente de una familia de sastres de los maharajás de la India, vive desde hace años en Estados Unidos, donde formó parte del equipo de Halston.
Michelle Obama, admirada por muchos creadores y público en general, está vistiendo adecuadamente. Pero la primera dama china, cantante famosa y muy seguidora de la moda, no se queda atrás. Es un símbolo para las mujeres chinas. Su modisto de cabecera, Ma Ke, se niega a hablar con la prensa para no revelar ningún secreto de Liyuan. La primera dama norteamericana ha ligado su visita a temas humanitarios y educativos, aunque bien seguro que está poniendo “el termómetro” a la relación de USA y China, con escollos como el tema de las dos Coreas, un, dos, tres, responda otra vez.
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