Curiosos e incluso ridículos vestidos se vieron en la gran noche de la moda del Metropolitan Museum de Nueva York, este año un tributo a la controvertida Rei Kawakubo, creadora de “Comme des Garçons”.
Rihanna, Gigi Hadid, Cara Delevigne, Jennifer López, Gisele Bündchen, Naomi Campbell, Madonna, Gwyneth Paltrow, Blake Lively la hija de Kurt Cobain, la de Diana Ross, los hijos de Will Smith, y una interminable serie de celebridades de distintas edades, “desfilaron” ayer en la Gala del Museo Metropolitan de Nueva York. En esta ocasión, la originalísima creadora Rei Kawakubo y su marca principal, “Comme des Garçons”, inspiraban un acto que servía a su vez de apertura oficial a la exposición de la retrospectiva de la estilista japonesa, “Comme des Garçons: Art of the In-Between”.
Afortunadamente, la gala no se convirtió en una fiesta de disfraces con temática “Comme des Garçons” e imperó la variedad, si bien la tónica de la noche fue la selección de prendas entre extrañas, esculturales, feístas y góticas, a imagen y semejanza de la ristra de colecciones peculiares que la señora Kawakubo ha presentado durante décadas.
Rei Kawakubo, de 74 años, comenzó en los años 70 inspirándose -e inspirando- en la cultura minimalista japonesa, convirtiéndose en principal influencia de la nueva estética del grupo de los diseñadores de la Escuela de Amberes. Nacida en Tokio en 1942, la fundadora de Comme des Garçons se graduó como Licenciada en Filosofía y Letras y fundó su marca con un estilo “antimoda” que quedó patente en la noche del lunes en las escaleras del MET.
Si bien Jennifer Lopez, con un precioso vestido vaporoso azul de Valentino, Elle Fanning, con un delicioso palabra de honor lavanda claro de MiuMiu o Lily Rose Depp -nueva niña mimada de Karl Lagerfeld- con su espectacular modelo rosa fucsia vintage de Chanel representaron la belleza discreta e intemporal por antonomasia, otras invitadas se unieron al extraño estilo “Kawakubo” para no desmerecer la temática.
Aunque la mismísima Rei Kawakubo ni siquiera asistió al evento -al más puro estilo Woody Allen en los Oscars o Bob Dylan en los Nobel, las deseosas de llamar la atención acaparando portadas llevaron exagerados modelos de colecciones pasadas de Comme des Garçons o -en su defecto- llamativas creaciones de otros modistos controvertidos.
Rihanna, siempre preparada para dar el bombazo, llevó un extraño vestido de Kawakubo con botas y maquillaje a juego. Katy Perry destacó por su extraño atuendo rojo con velo, un confuso y radical modelo realizado a medida para ella por John Galliano para Maison Martin Margiela, que como colmo del buen gusto remató con unos zapatos con forma de pezuña. Ideal.
Pharrell Williams acudió acompañado de su pareja, Helen Lasichanh, que vestía un futurista y extraño modelo rojo de la colección actual de Comme des Garçons. Desde luego, epató, ya que esta pareja se dedica profesionalmente a dar la nota con su atuendo para aumentar su notoriedad. Les funciona, por cierto. Lena Dunham impactó con un voluminoso vestido de cuadros rojos y negros, mientras que Priyanka Chopra aparecía en una surrealista gabardina de Ralph Lauren con cola, la misma marca que escogió Lily Aldridge para combinar con sus altísimas botas de Balenciaga.
Bella Hadid, por más que es una mujer impresionante, acudió con un extraño “jumpsuit” de red de Alexander Wang con enorme escote en la espalda.
Solange Knowles, la hermanísima de Beyoncé, escogió un originalísimo y a la vez poco favorecedor abrigo-plumífero de larga cola, obra del poco convencional Thom Brown.
Y las hermanas Olsen, vestidas de si mismas, idearon un pastiche del genero “a ver quién da más” que resultó algo “déjà vu”.
PERO, No faltaron las acertadas y no por ello menos originales apuestas de bellas invitadas, como Aymeline Valade con su traje de pantalón azul de Marni, Elizabeth Banks con un vestido de estampado geométrico de Michael Kors,
Zoe Kravitz en un deslumbrante Oscar de la Renta rosa y negro o la guapísima Riley Keough, nieta de Elvis Presley, que acertó con un Louis Vuitton curioso pero favorecedor.
Según palabras de Rei Kawakubo, lo feo puede ser bello. Claro que, lo bonito también.
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