Inés de la Fressange vuelve a tener tienda propia en París. Tras 16 años sin vender bajo su nombre, ha vuelto a las andadas. En la última década, ha sido porte-parole de la maravillosa casa Roger Vivier, fundada por un zapatero prodigioso que trabajó a las órdenes de Dior y Saint Laurent, actualmente propiedad del grupo Della Valle.
Tras la muerte de su marido, un lifting que le ha quitado 10 años de encima subiendo sus eternos ojos tristes hacia arriba. Después de una década en activo, trabajando para los grupos Tod’s y L’Oreal, con colaboraciones en Uniqlo, ahora se lanza por su cuenta.
La tienda, situada en la Rive Gauche, está en el número 24 de la Rue de Grenelle. El espacio, una antigua fundición de bronce, tiene 200 metros.
Un techo de cristal y armarios de la época de Napoleón III siguen en pie.
Ines ha escogido cada pieza en la tienda, cargada de delicados artículos que van desde un cojín a una botella de aceite de oliva.
Los artículos en display son parte de su colección de licencias, recientemente lanzadas. Así pues, encontraremos productos llevados a cabo por empresas elegidas que los sellan con la marca de Ines.
Ropa, accesorios, zapatos, gafas, joyería, papelería y artículos de decoración, todos se colocan como si de una casa particular se tratase.
La ropa blanca y los utensilios de la mesa, son piezas elegidas en países tan cercanos pero exóticos como Túnez. Bolígrafos, cepillos y chales, crean un despliegue variado de estilos y precios. Es fácil escoger un regalo, de cualquier envergadura.
La colección de bolsos es una novedad. En general, todos los artículos se producen en series limitadas, aunque en realidad lo que ocurre es que hay poco de todo porque están probando qué funciona y qué no.
Cuando comentan que van a producir 200 unidades de algunos vestidos, pienso dos cosas: primera, que tengan suerte. Segunda, eso no es una serie limitada.
Las chaquetas están entre 400 y 650 euros, las camisas entre 200 y 400 y los abrigos entorno a 800. Además se venderán camisetas sencillas a buen precio y un conjunto de alrededor de 60 básicos.
No faltarán vestidos retro, blusas con volantes, pantalones pitillo y jerseys clásicos.
Muchas prendas tendrán un marcado estilo parisino, toques retro y telas con reminiscencias sesenteras, como los cuadritos de vichy o las flores de colores.
En general, se trata de un espacio que replica el ambiente de una casa parisina de corte moderno pero ecléctico. A su imagen y semejanza. Ines, que ya cerró en su día sus propias tiendas, lo intenta de nuevo. Seguiremos su pista.
