Cada vez que Doña Letizia estrena un estilismo los expertos en moda de España y de medio planeta se lanzan a analizar hasta el más mínimo detalle del conjunto de turno. La «coronación» de la Reina como icono de estilo llegó en 2013, cuando la revista estadounidense«Vanity Fair», biblia del buen gusto, la nombró una de las diez mujeres mejor vestidas del mundo. En esa lista compartía palmarés con campeonas de la elegancia como la actriz sudafricana Charlize Theron, la escritora americana Jill Kargman o la filántropa rusaDasha Zhukova.
Pese a la fascinación transoceánica por el armario de la Reina, hasta ahora nadie había abordado la tarea de descodificar su guardarropa en un libro. Lo más curioso es que la autora de la primera guía exhaustiva sobre los secretos estéticos y estilísticos de Doña Letizia es una economista cordobesa, licenciada por la Universidad de California en Los Ángeles, con MBA en la centenaria escuela de negocios HEC París, y estudios de antropología y diseño en Harvard y Central Saint Martins.
«Era hora de elaborar una obra que resumiera la primera década de reinado de Doña Letizia en la moda», reconoce María Luisa Funes, autora de «Estilo Letizia» (Planeta), un libro en el que se detallan todos los aspectos del llamado «efecto Letizia»: cómo han evolucionado sus gustos, cuáles son sus piezas más icónicas, qué le favorece más, cuáles han sido sus looks estrella, sus errores, sus marcas favoritas y la historia que se esconde detrás de las prendas más originales.
«Estilo Letiza», que sale a la venta este martes, llega en un momento de transición en el recorrido vital de la flamante Reina de España. «Desde la Proclamación está más segura y estudia mejor sus estilismos», explica Funes. «Está buscando y encontrando su propio estilo. Ha acertado en muchas cosas y sabe mantener lo que ha sido un éxito en su guardarropa», añade la autora, que ha sido directiva internacional de Louis Vuitton, Gucci y Prada y que colabora habitualmente en las páginas de ABC.
Los vestidos de encaje, el escote ilusión, las mangas tres cuartos y los trajes ceñidos son algunos de los aciertos de la Reina. Detrás de ellos siempre figura el mismo nombre: Felipe Varela, apodado «el nuevo modisto de cámara» de La Zarzuela. «Ha aprendido con ella. Es discreto, algo esencial para la Reina. No hay mucha confidencialidad en el mundo de la moda y eso resulta inadmisible», dice la escritora. «Felipe lo hace bien, pero ella debería variar más. Creo que Teresa Helbig, Ion Fiz o Lorenzo Caprile son grandes creadores. Y, por qué no, podría hacer de Elio Berhanyer, el mejor creador vivo de España, su modisto de cabecera».
Funes cree que la Reina debería «volcarse más en la moda», hacerla «su bandera». «Tiene mucha repercusión en el extranjero y de manera consciente debe vestir con diferentes diseñadores españoles para vender una industria que crea muchos puestos de trabajo». Según la autora, ese guiño no tiene por qué ser interpretado como una frivolidad. «El hecho de que la copien no es algo nuevo. Desde María Antonieta y Eugenia de Montijo hasta Grace de Mónaco y Diana de Gales, son muchas las mujeres de la realeza que han sido imitadas. Es inevitable. En “Estilo Letizia” explico cómo podría utilizar esa atención mediática para promocionar la moda española y el turismo de compras en nuestro país».
Nuestra Reina está bien encaminada. Desde aquel traje blanco de su pedida, firmado por el italiano Giorgio Armani, se ha ido alejando de las marcas extranjeras y ha apostado por empresas locales, incluso populares, como son Zara y Mango. «Es por patriotismo. Y por prudencia. Además, hay una muy buena cantera en España, no le hace falta irse fuera. Si quisiera, todas las grandes marcas del mundo estarían a sus pies», admite Funes.
Pero no todos son aciertos en esta década de reinado fashionista. «La ropa muy corta, los pantalones rotos y los leggings de cuero son excesivamente modernos no son lo más adecuado a partir de cierta edad. Cuando se representa a un país hay que tener en cuenta todas las ‘‘sensibilidades”», señala. «Me gusta más cuando se esfuerza y representa a España “comme il faut”. Ser reina es una labor de 24 horas, 365 días al año. Cuando va de “trabajo” los resultados son los mejores».
Y aunque las comparaciones suelen ser odiosas, la experta apunta que Doña Letizia puede encontrar consejos y modelos más allá de los muros de Palacio. «La Reina Letizia no tiene nada que envidiarle a otras reinas o princesas. Tiene buenos proveedores, un físico insuperable y, si quisiera, buenos consejeros». Máxima de los Países Bajos también es una de las reinas más admiradas por el público en general. «Si, es inteligente, culta, guapa, viste muy ‘‘real” y sonríe. La sonrisa es el mejor accesorio de una reina... y, en realidad, de cualquier mujer».