Aunque En Chanel se vieron obligados a cancelar el desfile de la colección crucero del 7 de mayo, la casa francesa no está por la labor de simplificar colecciones siguiendo la estela de Gucci. Los franceses no se doblegan fácilmente a los italianos.
La colección, llamada Balade en Méditerranée’ (un paseo por el Mediterráneo) iba a desfilar inicialmente en Capri. Con el COVID-19, se han creado escenarios ficticios que replican distintos lugares del Mare Nostrum.
Virginie Viard utilizó para la colección los tejidos que ya tenían en stock. Al fin y al cabo solo se han hecho muestras de prendas por el momento.
Así pues Chanel seguirá con dos desfiles de Alta Costura al año, dos de prêt-à-porter (también primavera / otoño), crucero y Métiers d’Art. El caso es lógicamente sentar cátedra y no seguir la estela milanesa.
La colección, muy “Chanel para campo y playa”, como dice una gran amiga mía, fue lucida en general, con pocas invenciones pero bonita.
Pero hubo varios looks que desde luego no hubieran pasado la aprobación del Káiser. A él no le gustaban las medias tintas ni el trabajo sin perfilar. Juzguen por si mismos. Es lógico, Viard tiene la ingente tarea de sustituir a uno de los grandes del mundo de la moda en la historia.