Comuniones, bautizos y bodas de mañana son el caldo de cultivo perfecto para muchos desastres de estilismo. La tendencia a tirar la casa por la ventana y ponerse todo lo que se encuentra a mano, coincide con algunos errores habituales que es mejor desterrar.
1.No forzar el uso de tocados. Al no ser que forme parte de la Familia Real británica o que acuda a las carreras de Ascot, no se empeñe en utilizar tocado o sombrero si no le favorecen. La Reina Sofía, guapa y elegante, hace tiempo que comprendió que los sombreros no le favorecen, y que chafan su eterno peinado “inflado”, un acertado estilismo capilar que armoniza con sus rasgos.
Además, la elección de modelos excesivamente llamativos puede llevar a desastres de estilismo que recuerden al variado mundo de las aves.
2. Evitar encajes, lentejuelas y pedrería en exceso, ya que son más aptos para la tarde-noche.
3. Nada de medias brillantes. El efecto antinatural de las medias, inevitable en algunos casos, queda potenciado por las tremendas medias brillantes, que deben salir del guardarropa porque en realidad no se adaptan a ningún momento del día.
4. Favorecer la simplicidad. No llamar la atención y no quitar protagonismo a los que celebran su dia especial, son dos claves para acertar en el atuendo de las celebraciones.
5. Es buena idea no llevar joyas de brillantes ni piezas excesivamente vistosas, más adecuadas para la noche. Las perlas, los collares de piedras semipreciosas y la bisutería de materiales étnicos son más adecuados.
6. Evitar los vestidos palabra de honor o de escote ilusión, que conviene reservar para cenas de gala o cóctels. La regla de oro es mostrar más piel al final del día que al principio.
7. Y siguiendo instrucciones de Chanel, conviene llevar lo que nos favorece, ese “uniforme” tuneado con el que nos sentimos a gusto y favorecidas. Nada de rayas horizontales gruesas ni de floripondios si hay kilos en alforja, nada de tonos crudos o nude si se está excesivamente pálida, y nada de minifaldas si las piernas o la edad no lo permiten. En cualquier caso y como siempre, allá cada cual.
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