Jeremy Scott, el nuevo director creativo de Moschino, ha jugado la baza de revivir a Maria Antonieta, adaptándola al estilo del siglo XXI en su colección para el otoño próximo.
Las top models del momento llenaron la pasarela con vestidos y peinados imposibles, que más bien servían de reclamo promocional que de verdadero set de prendas de una colección vendible.
No obstante, el desfile fue un gran show y despertó una inusitada curiosidad, sobre todo teniendo en cuenta que Moschino hace tiempo que está en un letargo prolongado, del que no se despertó tras la muerte de Franco Moschino, su fundador.
Inspirado en la película de Sofia Coppola, “Marie Antoinette”, en la que se le da una vuelta de tuerca al ya de por si rompedor guardarropa de la reina austríaca que guillotinaron los franceses, el estilo de la colección no se quedó corto de bordados, brillos, cancanes y maxipelucas.
Desde gabardinas con miriñaque a vestidos mini con cancan y tejido vaquero bordado, el elenco de prendas retomó un Versalles burlesco que no dejó indiferente. Si no hubo colección comercial, al menos si que hubo show.