Ya tuvo que ser bueno Cristóbal Balenciaga para que dos franceses geniales pero con muy mala “milk”, como fueron Coco Chanel y Christian Dior, le tildaran de maestro. Christian Dior, que sacó rendimiento realmente a la silueta del New Look Ideada por Balenciaga años antes, decía que don Cristóbal era “el maestro de los maestros: hacemos lo que podemos con las telas, mientras que Balenciaga hace lo que quiere”.
Coco Chanel, algo mayor que Balenciaga y muy competitiva, afirmaba que era “ el único verdadero couturier, capaz de elaborar un vestido de principio a fin”. Y el legado de Balenciaga sigue marcando la moda del siglo XXI.
El maestro de Guetaria no solo influyó de modo decisivo en el trabajo de discípulos suyos como Hubert de Givenchy u Oscar de la Renta, sino que su estilo y sus innovaciones cambiaron el curso de los estilismos posteriores.
Pero además, sus diseños trapezoidales fueron los precursores de aquellos de Yves Saint Laurent, las faldas de globo sirvieron de ejemplo a Sybilla y los conjuntos ceñidos en la cintura y con vuelo en la falda definieron el New Look de Dior, como hemos mencionado antes.
Los volúmenes modernos dictaron el estilo de Carven y los vestidos de volantes han sido replicados con similitud por Lanvin en los últimos años. El vestido saco y las gabardinas transparentes inspiraron a Cardin, los abrigos cuadrados a Courrèges y las prendas sin cuello a la escuela japonesa de Rei Kawakubo.
Los escotes asimétricos los retomaron con ganas Halston y Tom Ford para Gucci. En fin, que el verdadero arquitecto de la moda actual también fue español.
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