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Stuart Weitzman, un americano en Petrer

Stuart Weitzman, un americano en Petrer
María Luisa Funes el

La Embajada norteamericana en Madrid, homenajea a un creador que lleva más de 30 años confiando en la industria zapatera española.

El embajador norteamericano en Madrid, James Costos, organiza el próximo una recepción para celebrar el apoyo que el diseñador Stuart Weitzman ha mostrado durante 30 años al comercio y la industria española. Weitzman, que recientemente ha abierto tienda en Madrid, lleva años fabricando sus zapatos en España.

Stuart Weitzman, hijo de un industrial de la zapatería con sede en Massachusetts, comenzó a diseñar zapatos en los años 60 para la marca de su padre, “Seymour Shoes”. Ante la repentina muerte de su padre -Seymour Weitzman- en 1965, el joven Stuart se hizo cargo del negocio familiar. Acabó por vender la marca a una empresa alicantina, para volver a recobrar el negocio en 1994. Como la calidad de los zapatos era óptima y su relación con los fabricantes fluida, se mantuvo la fabricación de los zapatos en talleres tradicionales de la provincia de  Alicante.

Más de 20 años después, en 2015, y tras varios cambios de accionariado, Stuart Weitzman y su hermano vendieron la empresa a  Coach, la potente marca de moda y accesorios. Coach impuso la condición de que Stuart permaneciese al timón de la creatividad de la casa. Y así ha sido.

Los zapatos de Weitzman, que se venden en las casi 60 tiendas de la marca en el mundo y en boutiques multimarca de más de 70 países, están replicando el boom de la zapatería que en su día supuso el canario Manolo Blahnik. Sus ventas han superado los 500 millones de euros y su oferta de piezas bien diseñadas, han llamado la atención de la prensa y el público mundial. Entre sus clientas están Kate Middleton, Michelle Obama, Beyoncé, Rihanna, Kendall Jenner, Giselle Bundchen e incluso la Reina Letizia, que sorprendió recientemente con un modelo de sandalias de tiras cruzadas de Weitzman. En la alfombra roja de Hollywood, Weitzman destaca por su omnipresencia. Y es que no hay nada como unir un nombre sonoro a una excelente calidad, para triunfar en Hollywood.

Weitzman comenzó a visitar España en los años 70, cuando todo era muy distinto. Desde entonces, es un fiel enamorado de nuestro país e incluso -gran detalle- habla español con soltura. Sus idas y venidas a Elda y Petrer en Alicante, han apoyado y promocionado talleres locales que llevan 150 años fabricando zapatos de calidad.

Su nuevo espacio en la calle de Jorge Juan 13, presenta una arquitectura limpia y vanguardista, en la que el blanco predomina para dar protagonismo a los zapatos y a algunas fotos históricas de la casa. Weitzman ha dado siempre importancia a la arquitectura interior de sus tiendas, no dudando contratar en ocasiones a los mejores arquitectos del panorama internacional.

En su tienda se encuentran las famosas sandalias Nudist, las botas mosqueteras de 800 euros y los modelos combinados con pedrería y cristales Swarovski. Hay una colección para novias y otra para invitadas. Todo está pensado para que las señoras luzcan su ropa desde estos pedestales de lujo.

Con su apoyo a la industria zapatera española, Stuart Weitzman no solo alaba la calidad del producto final sino que no duda comentar la celeridad con la que algunas de sus peticiones se han llevado a cabo: “Pedí una muestra un jueves y el lunes había llegado el zapato a nuestra oficina de Nueva York”. Para el creador norteamericano, el éxito de una marca de moda pasa irremediablemente por tener conocimientos empresariales -como el tiene desde su paso por un MBA en Wharton- o contar con alguien que los tenga. Y considera la confianza en los proveedores un requisito esencial.

La recepción que el embajador Costos le ofrece esta semana en Madrid, en honor una labor de más de 30 años en España y por España, es un merecido homenaje a quien puede difuminar del mapa a creadores tan insignes como Christian Louboutin, manteniendo sus operaciones en suelo patrio. Que nos sirva de ejemplo: la calidad y el rigor son rentables.

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