Catherine Deneuve nunca tira la toalla. Desde sus inicios, fue fan y clienta de Yves Saint Laurent, quien la vistió para sus mejores películas. Tras pasar por Vuitton como embajadora de su moda durante varios años, e incluso protagonizar alguna de sus campañas publicitarias, la Deneuve vuelve a la competencia (el Grupo Kering) para ocupar un hueco que ha dejado Carlota de Mónaco, la que fue estos últimos años imagen de la marca.
La Deneuve se ha vuelto a convertir en icono de la moda y es una buena noticia: se ha gustado y aparece de negro, como siempre la vistió su querido Yves, al que acompañó incluso en su último desfile.
Lo que comenzó en “Belle de Jour” como una historia que se convirtió en base de la moda posterior (1967 fue un año de cambios y creación para el sector, principalmente por sus películas), había acabado en 2019 con una gran subasta de las prendas de Saint Laurent en posesión de la actriz.
Quizás ni todos esos vestidos eran tan joya (más bien eran fantásticos atuendos que le sentaban al guante), ni serían ya de su talla a estas alturas.Y ya que la actriz no trabaja tanto como antes, estaba en su derecho de aligerar un poco su armario y hacer caja. Seguro que no se deshizo de las joyas de la corona de su guardarropa.
La nueva campaña de primavera-verano 2021 de Saint Laurent muestra que segundas partes si son posibles y que donde hubo hay.
Anthony Vaccarello ha apostado por una mujer inteligente, guapa y con experiencia, que además ha tenido el valor de fotografiarse ante la lente de David Sims con un cigarrillo, una osadía en el momento actual de reinado de lo políticamente correcto (aunque el cigarrillo sea electrónico). Está muy bien que una gran parte de la población – de mayor edad- protagonice con elegancia y tino las campañas publicitarias que tantas décadas han cubierto las modelos de 18 años. Un acierto más de Saint Laurent y de Catherine Deneuve.