Y es que Khan está completamente integrado en la sociedad británica, es respetuoso con las reglas del juego locales e incluso su mujer se viste y peina al estilo occidental.
En un momento en el que Donald Trump destaca por su intolerancia y por comentarios despectivos a las comunidades que le son menos afines, al otro lado del charco, Sadiq Khan impulsa un mensaje conciliador y de respeto de todas las culturas.
Khan ha recibido 1,3 millones de votos y ha declarado que no aceptará la excepción que con él esta dispuesto a hacer Trump, si se convierte en presidente de los Estados Unidos, ya que ha afirmado que inicialmente no dejaría pasar sus fronteras a los musulmanes. La polémica está servida: “No quiero su excepción”, ha dicho Khan.
Integrar a los musulmanes en sus comunidades occidentales, parece ser el objetivo más inmediato de Khan, quien juega con la baza de su ejemplo. Hijo de conductor de autobús y de costurera, es el polo opuesto del Frente Nacional francés o del ideario de Trump. Con su progreso personal, puede inspirar a otros musulmanes europeos a integrarse en la sociedad con expectativas ilusionantes.
Durante su discurso de aceptación del cargo de alcalde de Londres, Khan estuvo rodeado de personas de diferentes etnias y religiones, y acompañado por su esposa, Saadiya, abogada y profesional, con una carrera paralelamente exitosa.
Aunque las redes sociales han corrido a denunciar que tras convertirse en alcalde de Londres, Khan obligó a su mujer a adoptar el hiyab, se ha demostrado que esto es falso, ya que la persona que aparece tras el flamante alcalde en esta foto, nada tiene que ver con Khan y no es su esposa, sino Sarah Jones, la mujer de un abogado asiático.
Evidentemente, Sadiq Khan ha utilizado todas sus cartas para ganar las elecciones, en lo que se llama una “estrategia de silbato”, que también ha utilizado su oponente, Zac Goldsmith. Esta estrategia a consistido en descalificar al oponente sin hacerlo, sino más bien resaltando las “cualidades” propias en contraposición. De este modo, Khan ha repetido que procedía de una familia humilde repetidas veces, aludiendo a la posición de multimillonario de su oponente.
Esta sutileza ha superado las afirmaciones de Goldsmith que le atacaba afirmando que era un extremista musulmán. Evidentemente, el enorme apoyo de los musulmanes en Londres también ha sido crucial para su victoria, ya que se trata de la segunda religión más numerosa en la ciudad del Támesis.