A Daniel Colman no le apetece hablar de póker ni de los multimillonarios premios. Hace una semana ganó 2,1 millones de dólares en Montecarlo y ahora acaba de llevarse otros 15,3 millones en las Series Mundiales de Las Vegas. La segunda edición del torneo One For One Drop, creado por el multimillonario Guy Lalibertè, hace posibles premios tan desmesurados gracias al millón de dólares que cuesta la inscripción. El profesional de Boston, de 23 años, se impuso en el mano a mano final a la estrella mediática Daniel Negreanu, pero luego indignó a unos cuantos al negarse a ser entrevistado (y casi a posar con la habitual montaña de billetes) porque no cree que el juego sea algo sano, debido a la cantidad de gente que pierde su dinero.
Por supuesto, el coro de voces que lo ha llamado hipócrita no ha tardado en saltar, aunque también le han salido abogados. El propio Negreanu, pese a su derrota, ha sido el más elegante y ha disculpado a su joven rival, pidiendo respeto por su decisión. El canadiense agradeció también el apoyo moral y económico recibido. La inscripción de un millón es tan cara que ni los mejores profesionales se la pueden permitir siempre y venden «participaciones» para afrontar la «inversión». Phil Hellmuth, por ejemplo, no recibió los fondos necesarios a tiempo y se quedó sin jugar este torneo, pese a tener el récord de brazaletes. Se dice que el propio Colman solo puso 100.000 dólares, por lo que su premio en realidad no llegaría a los dos millones. Negreanu, en todo caso, alabó su estilo de juego, «perfecto para los torneos», y le auguró muchos triunfos.
Negreanu, como siempre, sigue a lo suyo pero sin desatender nunca a la prensa y a los aficionados. A sus 39 años ganó unos nada despreciables ocho millones y ya suma casi 30 millones a lo largo de su carrera, más que nadie.
Sobre Colman, no tardaron en llegar los primeros titulares críticos. Como cuentan en Poker Red, «Las Vegas Sun» era uno de los primeros en disparar: «¿Estrella tímida o niñato rico? Colman provoca dudas después de ganar 15 millones en las WSOP». En el diario contaban la indignación de los directivos del canal deportivo ESPN, que se gasta un dineral en retransmitir en directo las WSOP, y que no fueron capaces de arrancar a Colman ni una sonrisa, no digamos unas palabras. El jugador, al que llaman «petulante» y «egoísta», ya estaba fuera del hotel Río cinco minutos después de haberse proclamado vencedor. Por lo visto, las únicas palabras que dijo es que no quería promocionar el póker con sus declaraciones.
El propio Colman acabó contando en el foro 2+2 su versión particular del asunto: «Realmente no le debo a nadie explicación alguna, pero os daré una: lo primero, no le debo nada al poker». «Me beneficio de un juego que se ceba en las debilidades de la gente. Lo disfruto y me encanta la parte estratégica del póker, pero puedo ver que es un juego muy oscuro», añade el jugador.
¿Un tipo honrado y consecuente o un hipócrita?
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